Aerolíneas Argentinas decidió frenar, al menos hasta marzo del próximo año, la aplicación de los nuevos esquemas de trabajo previstos por el Gobierno nacional, una medida que permitió desactivar un conflicto con los gremios aeronáuticos que ya comenzaba a escalar. La empresa mantendrá vigente su actual Sistema de Gestión de Riesgo por Fatiga (FRMS) y sostendrá las condiciones laborales instauradas en 2021, lo que incluye respetar los límites de horas de vuelo y descanso contemplados en el Convenio Colectivo de Trabajo.
Un decreto resistido por los gremios
El enfrentamiento tomó fuerza tras la entrada en vigencia del decreto 378/2025, con el cual el Ejecutivo buscó flexibilizar la actividad aérea para reducir costos y facilitar la llegada de nuevas compañías. Entre los cambios más polémicos se encuentra la ampliación del tope anual de horas de vuelo para pilotos —de 800 a 1.000— y la posibilidad de extender la jornada de los tripulantes de cabina hasta 14 horas.Aunque el Gobierno justificó estas modificaciones en lineamientos de la OACI y sistemas modernos de gestión de fatiga, los sindicatos advirtieron que la medida ponía en riesgo la seguridad operacional. La Asociación de Pilotos (APLA) afirmó que modificar sin consenso los tiempos de servicio y descanso constituye una “amenaza directa” a la integridad de las operaciones.
El rol de ANAC y el freno temporal
Tras un plazo de 90 días de congelamiento por presión gremial, la ANAC reglamentó los alcances del decreto mediante la resolución 812/25. Allí se avaló que cada aerolínea pueda aplicar un FRMS propio, siempre que cumpla con los estándares mínimos de seguridad.En ese marco, Aerolíneas definió sostener su modelo actual, evitando una transición abrupta hacia la mayor flexibilidad que promueve el decreto. La definición calmó el clima interno y evitó un conflicto sindical que amenazaba con paralizar servicios.
Resultados económicos y un giro histórico
Mientras negociaba con los gremios, la compañía realizó otro anuncio significativo: 2025 será el primer año sin aportes del Tesoro Nacional. Tras acumular pérdidas cercanas a los u$s 400 millones anuales entre 2008 y 2023, Aerolíneas exhibió su primer resultado operativo positivo en 2024, con un EBIT de u$s 56,6 millones, cifra que la empresa espera duplicar este año.La conducción atribuye la mejora a una serie de ajustes internos: reducción del 15% del personal, eliminación de cargos jerárquicos, cancelación de rutas deficitarias y una mayor eficiencia en el uso de la flota.
Un plan de inversiones sin dependencia estatal
A fines de noviembre, la empresa presentó su primer programa de inversiones financiado íntegramente con recursos propios. El plan, de más de u$s 65 millones, apunta a renovar flota, mejorar la experiencia del pasajero y fortalecer la competitividad frente a aerolíneas privadas.El proyecto contempla la incorporación de 18 nuevos aviones mediante leasing operativo:
- 4 Airbus A330neo para vuelos internacionales.
- 14 Boeing 737 MAX para cabotaje y rutas regionales (2 MAX 8, 4 MAX 9 y 8 MAX 10).
Con la decisión de mantener sin cambios las condiciones laborales y anunciar inversiones estratégicas, Aerolíneas Argentinas busca consolidar un período de estabilidad económica mientras evita tensiones gremiales que podrían afectar su operación en un momento clave del mercado aéreo.
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