En el cierre del año y en la antesala de las fiestas, el Padre Iván compartió un mensaje de acompañamiento y esperanza para la comunidad, destacando el valor de no sentirse solo y de mantener la fe aun en contextos difíciles.

Al hacer un balance del año, el sacerdote señaló que fue un período especial para la parroquia, que celebró sus 40 años de vida. “Hemos tenido un año lindo, movidito. Fue un año de memoria agradecida por todo lo vivido, con luces y sombras, y dándole gracias a Dios que nos sigue convocando”, expresó. En ese marco, recordó la misa celebrada el 28 de abril, con participación de la comunidad, autoridades y ex párrocos, además de un encuentro con agentes de pastoral.

Respecto a las actividades de fin de año, mencionó que ya se realizaron propuestas significativas para la comunidad. “Ayer tuvimos el Pesebre Viviente, que salió muy bonito, preparado por los chicos de Acción Católica, los jóvenes y los niños”, indicó, y agregó que también se llevaron adelante el canto de villancicos y las celebraciones litúrgicas de Nochebuena y Navidad, ambas a las 19 horas.

Al dirigirse especialmente a quienes atraviesan momentos de soledad o dificultad, el Padre Iván dejó un mensaje central de estas fechas: “La Navidad nos anuncia una gran alegría: no estamos solos. Dios es cercano a nosotros y nos acompaña”. En ese sentido, remarcó que, aun con problemas o angustias, “si Jesús está a nuestro lado siempre hay una esperanza, siempre se puede volver a comenzar”.

Asimismo, subrayó que el valor que no debe perderse es justamente la esperanza. “No perder la esperanza, no bajar los brazos. Aunque esté oscuro, siempre vuelve a salir el sol”, afirmó, en sintonía con el lema del año jubilar que culmina en enero.

Finalmente, destacó el trabajo solidario que se viene realizando desde la parroquia a través de Cáritas. “Ayer se entregaron módulos a 150 familias, hoy a 120 más y la semana que viene a otras 50”, detalló, e informó que quienes deseen colaborar pueden hacerlo mediante donaciones destinadas a alimentos y ayuda social.

“Si nos acercamos al Señor, Él nos da la fuerza para llevar las dificultades. Nos libera de los miedos y del vacío interior. Él nunca nos defrauda”, concluyó el sacerdote, invitando a la comunidad a vivir la Navidad con fe y esperanza.