La doctora Jimena Varela, médica ginecóloga, analizó un fenómeno que se observa con claridad en la provincia: la baja en la tasa de natalidad. En Tierra del Fuego, los nacimientos disminuyeron entre un 40 y un 50 por ciento en la última década, un dato que refleja no solo una tendencia local, sino una transformación social y cultural que se replica a nivel mundial.
“La baja de la natalidad es multifactorial”, explicó la profesional. “Influye la situación económica, el deseo de postergar la maternidad y paternidad para alcanzar logros personales o profesionales, y el mayor acceso a la información y a los métodos anticonceptivos”. Según Varela, hoy las personas planifican más y son más conscientes al decidir si quieren o no ser padres. “Antes era más común embarazarse sin pensarlo demasiado; hoy se prioriza la estabilidad económica y emocional antes de dar ese paso”, señaló.
Uno de los factores que más ha incidido es el avance de la educación sexual y las políticas públicas que facilitaron el acceso gratuito a métodos anticonceptivos. La médica recordó que “leyes como la de ligadura tubaria y el Plan ENIA que logró reducir a la mitad los embarazos adolescentes fueron pasos muy importantes”. Sin embargo, advirtió que “ese plan hoy está prácticamente desmantelado y el acceso en el sistema público se está dificultando”, lo cual podría tener consecuencias en la salud reproductiva de los sectores más vulnerables.
Respecto al cambio de paradigma sobre la maternidad, Varela destacó que muchas mujeres hoy deciden no ser madres y pueden expresarlo sin culpa. “Antes costaba decir ‘no quiero tener hijos’. Hoy se escucha con naturalidad. Es una decisión personal y válida”, afirmó. También subrayó que, si bien los hombres biológicamente pueden ser padres a cualquier edad, se observa un aumento en los casos de vasectomías, lo que muestra una mayor participación masculina en las decisiones reproductivas.
Consultada sobre las implicancias sociales de esta baja natalidad, la doctora fue clara: “No creo que esto sea un problema inmediato ni algo catastrófico. La sociedad se acomoda. Lo que debemos hacer es adaptar las condiciones laborales, sociales y políticas para que quien desee maternar o paternar pueda hacerlo con apoyo”.
Varela subrayó que este fenómeno no es exclusivo de Tierra del Fuego ni de Argentina. “Es mundial. Las sociedades cambian, las mujeres trabajan más, estudian, viajan, priorizan otras experiencias. Lo importante es que haya libertad para decidir y acceso a la información”, dijo.
En su consultorio, observa con frecuencia mujeres que eligen tener un solo hijo o que directamente postergan la maternidad. “Muchas priorizan su carrera, otras ya fueron madres jóvenes y hoy eligen otros proyectos. También hay mujeres que deciden no tener más hijos porque crían solas y el contexto económico no lo permite”, detalló.
Pese a la preocupación por el descenso de nacimientos, la doctora insistió en que “la baja natalidad no es sinónimo de crisis, sino de evolución cultural”. Y cerró con una reflexión que resume este cambio de época: “Antes tener hijos era un mandato, hoy es una elección. Y que sea una elección es, en sí mismo, un avance”.
        
                
            
                                
                                    
                                    
                                    
                                    
                                    
                                
                                    
                                    
                                    
                                    
                                    
                                
                                    
                                    
                                    
                                    
                                    
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