
Para muchos habitantes de Tierra del Fuego, las vacaciones de invierno representan la oportunidad perfecta para hacer una pausa, viajar, reencontrarse con familiares o simplemente cambiar de aire tras un semestre cargado de obligaciones. Sin embargo, la realidad económica actual vuelve este anhelo prácticamente inaccesible para la mayoría.
Un simple recorrido por el sitio web de Aerolíneas Argentinas deja en evidencia el problema: los valores de los pasajes están por las nubes. Aunque ocasionalmente se puede encontrar un tramo de regreso por alrededor de 175 mil pesos —catalogado como el “mejor precio del mes”—, lo común es que los boletos superen holgadamente los 455 mil pesos por trayecto. Incluso hay casos donde el costo escala a cifras superiores a los 580 mil o 770 mil pesos, dependiendo de la fecha.
En este escenario, resulta paradójico que Tierra del Fuego, una provincia que depende casi en su totalidad del transporte aéreo, tenga tarifas que alejan a sus propios residentes de la posibilidad de volar. Mientras tanto, la buena noticia pasa por el lado del turismo receptivo: durante la temporada invernal se prevén más de 60 vuelos semanales. Aerolíneas Argentinas operará 42 frecuencias desde Buenos Aires, 7 desde El Calafate y 1 desde Córdoba, sumando además 5 vuelos extra en la primera quincena de agosto. A esto se agregan los servicios de Flybondi y Jetsmart, con 7 frecuencias cada una.
No obstante, el incremento de la oferta aérea pareciera estar pensado principalmente para atraer visitantes que arriben a la isla, sin contemplar demasiado las necesidades de quienes viven allí y desean aprovechar el receso para vacacionar o visitar a sus seres queridos en otras provincias.
Así, con salarios que se erosionan mes a mes frente a la inflación, el sueño de disfrutar unos días fuera de casa durante el receso escolar seguirá siendo, para muchos fueguinos, un privilegio reservado a unos pocos.
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