En el marco del juicio oral y público que investiga la responsabilidad penal de una ginecóloga y un obstetra por la muerte de un recién nacido en 2015, la defensa de ambos imputados, a cargo del abogado Francisco Ibarra, solicitó la absolución y también el rechazo de la acción civil, que reclamaba una indemnización de 35 millones de pesos.
Al finalizar sus alegatos, Ibarra sostuvo: “No existe ninguna clase de responsabilidad en mis asistidos, tanto la doctora Pastori como el licenciado Pérez”, y explicó que el fallecimiento se debió a “una vasculopatía fetal trombótica, un hecho agudo, súbito e inmediato, sin antecedentes y absolutamente imprevisible”.
El defensor remarcó que la paciente “era una jovencita primigesta, sin enfermedades previas que permitieran sospechar esta posibilidad”, y agregó que, según los peritos, “es un hecho no común y el resultado es lamentable, porque se trata de una falta de oxígeno que provoca necesariamente este desenlace”.
En relación al impacto emocional del caso, señaló: “Uno entiende el dolor, uno es padre, pero la medicina no es una ciencia exacta y hay eventos que suceden sin antecedentes”, reiterando que se trató de un episodio “súbito e imprevisible”.
Sobre la demora de casi una década en el proceso, el abogado opinó: “Nuestro código está vetusto, no se puede demorar esta cantidad de tiempo para resolver esto”, y sostuvo que debería avanzarse hacia “un procedimiento oral ágil, donde ante una duda se convoque al médico y se resuelva rápidamente”.
Finalmente, afirmó que el paso del tiempo puede afectar los recuerdos, pero no las causas médicas: “Puede cambiar lo que las personas recuerdan, pero no los efectos de las lesiones ni las causas de las enfermedades”.
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