Luego de la lectura del fallo que condenó a Gustavo Ariel Hermosilla Bogado a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo y diez años de inhabilitación para conducir vehículos, por el accidente fatal ocurrido en enero de 2023 en la Ruta Nacional N°3, se expresaron el abogado querellante Francisco Javier Giménez y la mamá de una de las víctimas, Carlos Pérez, quienes destacaron el valor del veredicto como un acto de justicia largamente esperado.
El abogado Francisco Javier Giménez, representante de las familias de Carlos Pérez y Maximiliano Draps, manifestó que la decisión del tribunal “fue ajustada a derecho y representa una respuesta necesaria del sistema judicial frente a una tragedia evitable”.
Aseguró que durante el debate “quedó acreditado que Hermosilla actuó con una imprudencia gravísima, conduciendo por más de 24 horas sin descanso, poniendo en riesgo su vida y la de todos los que estaban en la ruta”.
El letrado explicó que “la querella había solicitado exactamente esta pena: cinco años de prisión efectiva e inhabilitación por diez años para conducir, porque entendíamos que el hecho debía ser juzgado con todo el rigor que la ley prevé para los casos de homicidio culposo agravado”. Y agregó: “No se trató de un simple accidente, sino de una cadena de decisiones irresponsables que derivaron en la pérdida de dos vidas y en el sufrimiento de toda una familia”.
Giménez también valoró el trabajo del tribunal y el compromiso de las familias: “Las pruebas fueron contundentes, los testimonios claros, y el fallo refleja lo que pedimos desde el principio. La justicia actuó con firmeza y reconoció la responsabilidad penal del imputado. Ninguna condena repara el dolor, pero esta sentencia significa un paso importante hacia la verdad y la memoria”.
A su vez, el abogado destacó la entereza de los familiares durante el proceso judicial, que se extendió por casi dos años: “Han soportado audiencias muy difíciles, reviviendo cada detalle de lo sucedido, pero nunca dejaron de confiar en que la justicia iba a llegar. Hoy esa confianza se vio reflejada en un fallo ejemplar”.
Tras conocerse la condena, la mamá de Carlos Pérez habló entre lágrimas con los medios presentes en los tribunales. “Es poco en realidad, porque yo no perdí a mi hijo por cinco años, lo perdí para toda la vida, pero me pone contenta de que por lo menos se hizo justicia”, expresó con profunda emoción.
La mujer sostuvo que la decisión judicial le trae “algo de alivio, porque se establecieron todas las circunstancias del accidente y se reconoció que hubo responsabilidad”, aunque señaló que “nada va a reparar el vacío que dejó Carlos ni el dolor que llevamos desde aquella noche”.
Consultada sobre el comportamiento del acusado, lamentó que “nunca hubo un pedido de disculpas ni un gesto de arrepentimiento”. “Yo lo esperé —dijo—, pero no lo hizo nunca. No lo hizo cuando tuvimos el accidente, ni en el hospital, ni durante el juicio. Al contrario, su familia se acercó para agredirnos. Jamás se acercaron a pedir perdón ni a ver el daño que causaron”.
En su testimonio, también se refirió al impacto que el hecho tuvo sobre su hijo Miqueas, quien sobrevivió al siniestro: “Él estuvo dos horas conmigo después del accidente, vio a su papá y a su hermano en el estado en que quedaron cuando bajamos del auto. Desde entonces está con tratamiento psicológico, porque hay cosas que un chico no debería haber visto nunca”.
“Esperamos mucho tiempo, pasamos por audiencias, declaraciones y momentos muy duros. Pero hoy, después de tanto, puedo decir que se hizo justicia. No hay palabras para el dolor que sentimos, pero al menos ahora hay un poco de paz”, concluyó la madre.
El fallo, leído este jueves por el Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Norte, ordenó la inmediata detención del condenado y fijó para el próximo 13 de noviembre a las 13 horas la lectura íntegra de los fundamentos.
Con esta resolución, el caso que conmovió a toda la comunidad fueguina llega a su etapa final, dejando un mensaje claro sobre la responsabilidad al volante y el valor de la justicia frente a la pérdida irreparable de dos vidas.
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