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Malvinas

Las mujeres de la guerra

Cuando pensamos en las personas que estuvieron entre abril y junio de 1982 integrando el Rol de Combate Argentino, en el conflicto bélico de las Malvinas, siempre lo hacemos asignándole instintivamente a los participantes, el sexo masculino, algunos recuerdan –vagamente- que un grupo de valientes y abnegadas mujeres del “siempre esmerado” servicio de sanidad militar, estuvo estoica y solidariamente embarcado en el Rompehielos Alte. Irízar que ofició de buque hospital durante las operaciones bélicas y durante mucho tiempo, poco más hemos sabido del rol de la mujer en el teatro de Operaciones.

Sin embargo, varias otras veteranas ostenta la República Argentina después de aquella guerra, veteranas que se suman a esas seis valerosas Instrumentadoras Quirúrgicas propuestas por el Ejército Argentino: María Marta LEMME; María Angélica SENDES; Norma Etel Elsa NAVARRO; Silvia BARRERA; María Cecilia RICCHERI y Susana MAZA (fallecida), que a bordo del Rompehielos Irizar -en ese momento buque hospital- brindaron apoyo sanitario a las tropas argentinas empeñadas en el enfrentamiento. Ellas, bien merecido tienen ese prioritario reconocimiento, ya que son quienes por más tiempo y desde muy cerca, vivieron los avatares de la guerra, habiendo estado embarcadas durante el conflicto.

A estas heroínas argentinas se le sumaban un grupo de mujeres provenientes de la Marina Mercante que ya sea en su condición de oficiales o cadetes de la Escuela Nacional de Náutica, navegaron la Zona de Exclusión demarcada por el invasor a bordo de buques mercantes bajo el comando de la Armada de la República Argentina. Así entonces sabemos hoy que la Nación Argentina -a propuesta de la ARA- reconoce como Veteranas de la Guerra de Malvinas, a la oficial mercante Graciela Liliana GERÓNIMO (Fallecida) y la cadete de la Escuela Nacional de Náutica Mariana F. SONEIRA (Residente en la ciudad de Ushuaia, TDF), ambas miembros de la tripulación del Transporte ARA “San Blas”; a la oficial mercante María Beatriz GIMÉNEZ como miembro de la tripulación del Transporte ARA “Canal Beagle”; a las cadetes de la Escuela Nacional de Náutica Marcia Noemí MARCHESOTTI y Olga Graciela CÁCERES, ambas miembros de la tripulación del Buque Mercante E.L.M.A. “Río Cincel” y a la Enfermera, Doris R. WEST, tripulante del Buque Mercante E.L.M.A. “Formosa”.

También la Fuerza Aérea Argentina reconoció como Veterana de la Guerra de Malvinas a la Voluntaria FAA, María Liliana COLINO, quién se desempeñó como Tripulación Auxiliar en un Avión Hércules C-130 que efectuó cruce sanitario a Malvinas para rescatar heridos al continente.

He dejado intencionalmente para esta última parte de este humilde homenaje a la mujer argentina por su heroica participación de la Guerra contra el Imperio por la Soberanía Argentina en Malvinas, a un grupo de mujeres que por su peculiar relación con el conflicto han permanecido sin ser reconocidas como VGM hasta el año 2009, en que el Ministerio de defensa, a propuesta del Estado Mayor Conjunto, ellas son tres Civiles Convocadas, Silvia STOREY; Maureen DOLAND; y Cristina María CORMACK, que siendo mujeres descendientes de ingleses o familiares de familias de habitantes de las islas fueron movilizadas al Teatro de Operaciones Malvinas a efectos de propiciar un adecuado acercamiento con la población local. Ese Evento poco difundido se concretó según cuenta el diario ‘El Patagónico’ del 17 de abril de 1982, en un vuelo que partiendo de Buenos Aires y con escala en Comodoro Rivadavia visitó Puerto Argentino, donde los descendientes argentinos pudieron conversar en su idioma con los isleños para explicarles las buenas intenciones argentinas y escuchar los temores y planteos de los kelpers.

Finalizando este reconocimiento quiero subrayar la situación de dos soldados conscriptos de la clase 1963, entonces uno llamado Lucio Ramón PÉREZ, embarcado en el Porta Aviones ARA “25 de Mayo” y el otro de la Clase 1964, Osvaldo Gustavo MARRONE, integrante del “Batallón de Ingenieros 9”, del Ejército Argentino, que luego de haber cumplido con su juramento de defender a la Bandera, y ya fuera de las fuerzas que lo llevaron al combate, respondiendo al llamado de su naturaleza, cuando la ley se los hizo posible, decidieron concretar cada uno de ellos el cambio de género, llamándose en la actualidad Luciana y Tahiana, como consta en sus respectivos Documento Nacional de Identidad.

Si algo bueno nos brinda el tiempo transcurrido desde la finalización de las operaciones de aquel conflicto, es que el tiempo nos va permitiendo profundizar y poner en valor el real significado de la gesta y la valía de los hombres y mujeres argentinos que pusieron todo de sí para el bien de la Patria y la salvaguarda de la Soberanía Argentina, más allá de las cuestiones y miserias de la política sectorial de quienes pretendan analizarlas. Sin dudas, que en Malvinas la sociedad estuvo representada –bravíamente- por la valentía de sus hombres y también de sus abnegadas mujeres. Brindo por ellas…!

PD: Me disculpo si cometiera alguna omisión en este humilde reconocimiento, lejos está mi espíritu de omitir honrar a quienes valientemente defendieron nuestra bandera, y aclaro que soy consciente de que una enorme cantidad de mujeres participaron claramente de la guerra, situadas en diferentes bases y puntos de la costa patagónica argentina, apoyo logi?stico desde el Territorio Nacional Continental hacia las zonas de combate en la guerra de Malvinas y vaya que todas ellas merecen ser reconocidas, sin embargo en este texto nos referimos exclusivamente a las mujeres oficialmente reconocidas y registradas formalmente por el Estado nacional como Veteranas de la Guerra de Malvinas.

Alejandro Bertotto ([email protected])

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