Millones de productos importados quedaron varados en los puertos ante la falta de etiquetas que habilitan su ingreso al país. Un pequeño detalle que da cuenta de la magnitud de la voracidad importadora del modelo económico.

Las importaciones crecen tres más que las exportaciones y el rojo en la balanza de comercio duplicaría la proyección oficial. Tal es el balance realizado con los últimos números registrados por el Indec.

La magnitud de la avalancha de importaciones quedó en evidencia en un detalle tan pequeño como revelador: se agotaron las pequeñas etiquetas verdes que en la Aduana se le pone a cada uno de los productos que entran en el país.

Así lo reveló este viernes la agencia Bloomberg. \"Millones de productos importados están frenados en los puertos por la falta de estampillas verdes\" asegura ese medio y advierte que el faltante lleva ya cinco días.

Las etiquetas verdes están diseñadas para combatir el contrabando y rastrear las importaciones. Según Bloomberg el gobierno de Mauricio Macri propuso una solución: utilizar etiquetas naranjas. Sin embargo, el cambio debe ser habilitado por medio de su publicación en el Boletín Oficial.

El aumento de las importaciones no necesariamente es malo. Si las importaciones se centran principalmente en bienes intermedios y de capital, utilizados por la industria local, ello es alentador. Es muestra de un sector pujante que busca crecer y desarrollarse.

Sin embargo, no es el caso. Las importaciones argentinas están dominadas por los bienes de consumo. Aquellos que pasan del container directamente a la venta final y compiten de manera directa con los producidos localmente.

La avalancha de bienes de consumo está detrás de la pérdida de miles de puestos de trabajo desde el desembarco de Macri en la Casa Rosada. De hecho, desde este viernes y por primera vez en 20 años la carne de cerdo de los Estados Unidos tiene vía libre para ingresar a la Argentina. Los productores advirtieron que se perderán todavía más puestos de trabajo.