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Nacionales

El regreso a clases una instancia educativa inédita y condicionada por el coronavirus

 

 

Las referencias globales son inevitables a la hora de pensar sobre la enseñanza bajo pandemia en la Argentina.

 

 

Para certezas en tiempos de Covid-19 y el área educativa la mirada al mundo es primordial, ponderan especialistas. Es el caso del Observatorio Argentinos por la Educación (OAPLD) que se pronunció respecto a cómo será el regreso a clases, lento, moderado y seguro.

A través de un informe destacaron que la mayor distancia entre los estudiantes en el aula, barbijos obligatorios, contactos interpersonales reducidos, normas estrictas de higiene, controles de salud en la escuela y regresos segmentados por grupos serán algunas de las pautas establecidas en el país, en sintonía con las que se están decidiendo en el mundo a la hora de ir retomando las clases presenciales

“Más de 1.235 millones de niños y jóvenes se ven afectados por el cierre de escuelas en 168 países como consecuencia de la pandemia de Covid-19. Se trata del 70,6% de los estudiantes del planeta, según datos de Unesco. Mientras tanto, algunos países empiezan a volver a clases, con medidas que modifican las rutinas escolares previas a la pandemia”, expresaron desde el OAPLD a BAE Negocios.

En efecto, el informe “Cómo será la vuelta a clases” que suscribió Gabriela Azar, directora del departamento de Educación de la UCA y directora de la Biblioteca de Innovación docente de Kapelusz, examina la agenda programada de regreso a clase de varios países. Allí explora las principales modalidades de retorno escolar implementadas o planificadas en Dinamarca, Alemania, Francia, Corea del Sur, Israel, China y Uruguay, entre otros países.

En las naciones que ya anunciaron la reapertura de las escuelas, la suspensión de clases presenciales abarcó desde 23 días (en Dinamarca la más breve) hasta más de 50 (en Inglaterra y Finlandia retomarían ciclos lectivos el 1° de junio).

 

 

 

Caras tapadas y tomar distancia

“La obligatoriedad del barbijo y la utilización de pupitres individuales por alumno, con una distancia de 1,8 metros (recomendada por la OMS), son las dos pautas que se repiten en la mayoría de los países que están reabriendo sus escuelas. Algunos incluso restringieron las interacciones entre alumnos: en Dinamarca y Alemania solo pueden reunirse en grupos reducidos en el recreo, mientras que Israel prohibió los contactos cercanos.

En China, primer epicentro de la pandemia, en Dinamarca, el primer Estado europeo en reabrir las aulas, Japón, Vietnam y Burkina Faso y en las escuelas rurales de Uruguay, el lavado de manos es obligatorio. China, Japón, Vietnam, Israel y Uruguay aplican también medidas de control del estado de salud de los alumnos. En los tres estados asiáticos les toman la temperatura a todos los estudiantes, mientras que en Israel y Uruguay los padres deben firmar un formulario médico sobre el estado de salud de sus hijos.

Además de esta dinámica varios países están organizando retornos segmentado por grupos de estudiantes. Alemania, Holanda y Burkina Faso priorizaron las escuelas primarias, mientras que Francia y Uruguay optaron por las escuelas rurales. Francia apunta a una transición paulatina entre la modalidad de clases virtuales y presenciales.

“Las opciones de los diferentes países permiten vislumbrar un menú de alternativas para el diseño de la vuelta a la escuela en nuestro contexto”, sostuvo Sandra Ziegler, investigadora de Flacso. “La  diversidad de situaciones en Argentina, entornos urbanos y de ruralidad, las condiciones de desigualdad en que se desarrolló la escuela en los hogares, los factores culturales, los recursos de infraestructura de las escuelas y las condiciones contractuales de los docentes, sobre todo en el nivel secundario y la educación superio,  llevarán a delinear alternativas diferentes”, explica Ziegler.

 

Además la investigadora resaltó que “la ‘normalidad’ que durante tanto tiempo estructuró al sistema educativo no será el escenario del regreso a las escuelas. La nueva ‘normalidad’ será la constante adaptación al cambio”.  Dicha afirmación tiene el mismo tenor de lo que expresara hace algunos días el presidente Alberto Fernández, respecto a que “tendremos que comenzar a entender que las clases como las conocimos antes de la pandemia ya no serán así”.

La evaluación es otro reto para los sistemas educativos. “Evaluar aprendizajes en tiempos de pandemia es uno de los mayores desafíos pedagógicos a los que nos enfrentamos los docentes. Evaluar no es solo calificar. Es acompañar, orientar, ayudar a que todos los estudiantes aprendan de acuerdo a sus posibilidades”, planteó Gabriela Azar, la autora del informe. En cuanto a necesidades inevitables para esta labor de los educadores Azar comentó que se apuntará a “una evaluación sostenida por desafíos que hagan que los estudiantes elaboren desempeños de comprensión. Los cuales permitan aplicar procedimientos para saber hacer cosas y resolver problemas críticamente”.

“En este quiebre de la normalidad, tenemos la posibilidad de incluir esos aprendizajes que se han rechazado por muchas décadas: habilidades personales y sociales que necesitamos urgente para la vida con uno mismo, con los otros y todo lo que nos rodea. La música, las artes plásticas, la actividad física”, comentó Alejandro Castro Santander, director general del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica de Cuyo, y concluye: “No regresemos a la normalidad en aquellas cosas que ya no funcionan de la vieja escuela. Hoy no nos sirven gurús ni profetas, el tiempo dirá si este fuerte golpe provoca aprendizajes, pero si hay algo de lo que no podemos dudar, es que la respuesta es educativa”.

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