
Durante el receso invernal, cuando la rutina se detiene y las familias disponen de más tiempo libre, muchas personas optan por ocuparse de un aspecto que suele postergarse en medio del frenesí cotidiano: la salud. El doctor Gustavo Benavent, especialista en terapia intensiva y medicina legal, conversó sobre esta realidad y las particularidades que atraviesa el sistema sanitario en Tierra del Fuego en esta época del año.
“Siempre hay una pequeña rotación en la población que consulta en clínicas y hospitales”, explicó Benavent en diálogo con Radio Fueguina, y agregó que esto se debe a que muchas personas aprovechan la disminución de actividades diarias para realizar controles médicos o programar pequeñas cirugías. “No podemos hablar de grandes intervenciones, pero sí de procedimientos menores que encuentran en estas fechas una oportunidad”, afirmó.
No obstante, el profesional advirtió que también hay quienes utilizan estas semanas para descansar completamente, lo que incluye postergar controles médicos. “La balanza general de consultas queda más o menos igual que el resto del año”, aclaró.
Uno de los principales desafíos señalados por Benavent es la escasez de especialidades pediátricas. “No necesariamente faltan pediatras, pero sí neurólogos infantiles, neumonólogos y otros especialistas en salud infantil. Ahí es donde se genera un cuello de botella”, explicó.
A diferencia de las especialidades para adultos —que, según detalló, han avanzado notablemente tanto en el sector público como en el privado en Río Grande y Ushuaia—, la atención pediátrica sigue siendo una asignatura pendiente. “Pediatría es una rama muy sensible, por eso se nota más la falta”, enfatizó.
La situación económica también ha provocado cambios en el comportamiento de los pacientes. Según Benavent, es evidente que algunas familias han perdido la cobertura de salud prepaga y han debido recurrir al sistema público. “Cuando una persona pierde su empleo o deja de abonar la obra social, afecta a todo el grupo familiar: hijos, pareja…”, explicó, señalando que en muchos casos los médicos continúan atendiendo a sus pacientes de años, aún sin cobertura.
Pese a esto, aseguró que el sistema no está colapsado: “Sigue habiendo un número importante de consultas y se da respuesta. Pero uno percibe que hay más personas sin cobertura que antes, y eso es significativo”.
Uno de los temas sensibles abordados fue la negativa de algunos servicios de guardia a emitir certificados médicos. Según explicó el profesional, existe un número creciente de personas que acuden a las guardias exclusivamente para obtener justificativos laborales. “Esto genera un cuello de botella y le quita lugar a quienes realmente necesitan asistencia”, dijo. Por esta razón, se prioriza que los certificados sean emitidos por médicos de cabecera, quienes conocen el historial del paciente y pueden evaluar con mayor precisión.
Por último, Benavent destacó los avances logrados en la clínica donde trabaja, especialmente en el área de cardiología. “Se ha formado un equipo de hemodinamia que permite resolver muchos casos sin necesidad de derivaciones. Esto era impensado hace unos años en Río Grande”, comentó con entusiasmo.
Además, mencionó que OSEF es una de las obras sociales más representadas entre los pacientes que asisten a la clínica. “No tengo el número exacto, pero es un porcentaje elevado de la población”, afirmó.
El testimonio del doctor Benavent permite visibilizar cómo las vacaciones invernales no solo son un tiempo de descanso, sino también una oportunidad para cuidar la salud. En paralelo, expone con claridad las tensiones del sistema sanitario local frente a un contexto económico desafiante y la falta de ciertas especialidades médicas, especialmente en el área pediátrica.
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