
El Gobierno nacional analiza una posible modificación en el esquema del Impuesto al Valor Agregado (IVA) aplicado a servicios turísticos, con el objetivo de reducir los costos en el sector hotelero y fortalecer tanto el turismo interno como el receptivo. La medida responde a la preocupación del sector privado por la pérdida de competitividad frente a destinos internacionales, en un contexto marcado por el tipo de cambio y el peso de la carga fiscal.
La propuesta, que ya fue elevada al Ministerio de Economía, busca brindar alivio impositivo a la hotelería para hacer más atractiva la oferta argentina frente a países como Brasil, Uruguay y Chile. Se espera que la iniciativa permita ofrecer precios más competitivos, incentivando el ingreso de turistas extranjeros y al mismo tiempo fomentando que más argentinos elijan vacacionar dentro del país.
El análisis fiscal se da en un momento crítico para la balanza turística. En el primer trimestre de 2025, el turismo emisivo (argentinos viajando al exterior) generó un egreso de divisas por alrededor de 5.000 millones de dólares, mientras que el receptivo (turistas extranjeros en Argentina) dejó ingresos por apenas 1.500 millones. El saldo negativo de casi 3.500 millones encendió las alarmas en el sector.
Paralelamente, el Ejecutivo nacional promueve una serie de acciones complementarias para atraer visitantes de la región. Entre ellas, se incluyen pedidos a las principales empresas de transporte fluvial para que ofrezcan promociones especiales y la solicitud a Aerolíneas Argentinas de aplicar tarifas reducidas para turistas regionales.
El plan oficial contempla una estrategia integral de promoción, articulada con distintos organismos y actores del sector. No obstante, desde las cámaras empresarias advierten que, sin una revisión estructural de los costos fiscales y logísticos, las campañas promocionales pueden tener un efecto limitado.
Además de lo impositivo, el Gobierno impulsa una agenda conjunta con el sector privado para estimular inversiones, mejorar la calidad de los servicios turísticos y reposicionar a Argentina como un destino competitivo a nivel global.
Las definiciones finales dependerán del análisis del impacto fiscal y del margen que permita el actual esquema de ajuste económico. Se espera que en las próximas semanas haya nuevas reuniones para evaluar avances y ajustar las medidas de cara a la temporada alta de verano.
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