
Pescadores artesanales de la zona de Almanza expresan su preocupación por la creciente ocupación de sus áreas tradicionales de pesca, ante el avance de proyectos industriales de cultivo de mejillón liderados por la empresa Newsan.
Fabián Valdés, productor y pescador artesanal de la región, explicó en diálogo con Aire Libre que “los pescadores artesanales hace tiempo no somos escuchados y vemos cómo, a medida que avanza la industria del mejillón, se pierden zonas históricas de pesca sin consenso previo”. Valdés aseguró que, si bien apoya el crecimiento de la industria, este debería realizarse con “un consenso con la parte artesanal, que es fundamental para el sector y la economía local”.
El conflicto se centra en Punta Paraná y Bahía Brown, donde originalmente se planificaron pruebas piloto de cultivo. Según Valdés, “ahora el proyecto avanza a otro ritmo y hemos perdido zonas históricas donde pescábamos, sin comunicación ni alternativas”.
Otro punto de tensión es el muelle de Almanza, diseñado para los pescadores artesanales, que desde hace más de dos años está ocupado por una embarcación privada vinculada a una planta industrial. “No podemos usar el muelle; debemos descargar en la playa, y las gestiones ante la Secretaría no han tenido respuesta”, relató Valdés.
El pescador señaló además que los conflictos no se limitan a la Bahía Brown, sino que también afectan a otros sectores, como los rederos en la zona norte con el ingreso a las estancias. “Se promociona mucho el proyecto industrial, pero no se escucha a quienes trabajamos históricamente en estas aguas”, advirtió.
En la zona de Puerto Almanza hay alrededor de seis embarcaciones dedicadas a crustáceos, además de recolectores de mariscos y pequeños productores acuícolas. Valdés destacó que, aunque la pesca artesanal no genera grandes ganancias, permite una vida digna si se trabaja con constancia: “Se necesita trabajar todos los días, de lunes a lunes, dependiendo del clima, pero es suficiente para vivir tranquilo, sin subsidios”.
Los pescadores artesanales reclaman diálogo y consensos que permitan compatibilizar el desarrollo industrial con la preservación de sus espacios de trabajo históricos, fundamentales para la continuidad de esta tradición en la provincia.
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