Con apenas unos 185 mil habitantes según el Censo 2022, Tierra del Fuego es la provincia con menor población de la Argentina. Sin embargo, esa baja densidad no es una desventaja: es justamente uno de sus mayores atractivos. Espacios abiertos, paisajes intactos y una fuerte identidad local convierten al extremo sur del país en una alternativa turística cada vez más elegida.
Lejos de los grandes centros urbanos, la provincia propone una experiencia distinta: rutas escénicas, montañas que se funden con el mar, lagos inmensos y ciudades pequeñas donde la naturaleza marca el ritmo cotidiano.
Naturaleza en estado puro, todo el año
La Isla Grande de Tierra del Fuego ofrece postales que cambian con cada estación. En verano predominan los verdes intensos de los bosques de lengas y las aguas tranquilas de los lagos; en invierno, la nieve transforma el paisaje en un escenario patagónico clásico.El Parque Nacional Tierra del Fuego concentra buena parte de esa riqueza natural, con senderos accesibles, miradores y bahías que combinan bosque, montaña y mar en pocos kilómetros. A esto se suman sitios como el Lago Fagnano y el Lago Escondido, ideales para quienes buscan descanso, fotografía, pesca o simplemente silencio.
Ushuaia, la puerta de entrada al fin del mundo
La capital fueguina es uno de los principales puntos de llegada. Ushuaia se apoya entre la cordillera y el Canal Beagle, y desde allí parten excursiones náuticas que permiten observar fauna marina, islotes rocosos y el emblemático Faro Les Éclaireurs.También se puede recorrer parte de la historia local a bordo del Tren del Fin del Mundo o aventurarse en caminatas por el Glaciar Martial, que ofrece vistas privilegiadas de la ciudad y el canal.
En los meses de frío, el Cerro Castor se transforma en un polo invernal destacado, con propuestas tanto para esquiadores experimentados como para quienes dan sus primeros pasos en la nieve.
Pueblos con identidad y rutas que invitan a frenar
La Ruta Nacional 3 atraviesa la isla de sur a norte y conecta los distintos paisajes fueguinos. En el trayecto aparece Tolhuin, un pueblo pequeño que se volvió parada obligada por su entorno natural y su gastronomía artesanal, además de su cercanía a reservas forestales y espejos de agua.Más al norte, Río Grande suma otro perfil: historia vinculada a la colonización, la ganadería y la industria, junto a estancias abiertas al turismo, museos y una reconocida tradición en pesca deportiva.
Un destino para quienes buscan algo distinto
Tierra del Fuego no compite en multitudes ni en turismo masivo. Su propuesta pasa por la inmensidad, la calma, el contacto directo con la naturaleza y la posibilidad de recorrer una provincia entera sin largas distancias ni aglomeraciones.Para quienes buscan paisajes impactantes, experiencias auténticas y la sensación de estar realmente “en el fin del mundo”, la provincia más pequeña en población se consolida como una de las más grandes en atractivo turístico.
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