Daniel Guzmán, vocero de la Federación Popular del Transporte de Tierra del Fuego (Fepotra), celebró “el anuncio y la decisión del Gobierno nacional de fondear el dinero” para concretar el empalme marítimo entre la isla y el continente. Sin embargo, recordó que la discusión residirá en las mejores opciones de cruce. En dos semanas se abrirá un foro en la UNPA que permitirá debatir esta disyuntiva.
Durante el acto que la presidente Cristina Fernández de Kirchner realizó en julio en Río Gallegos, se anunció la creación de un fideicomiso de 1.000 millones de pesos para financiar los trabajos de construcción de muelles y obras viales, además de la adquisición de las embarcaciones que se utilizarán para realizar el cruce a través del Mar Argentino.
La medida, por ser un anhelo de cuatro generaciones de fueguinos, recibió de inmediato el apoyo de las principales autoridades de la provincia, desde la actual gobernadora Fabiana Ríos hasta la recién electa, Rosana Bertone, incluyendo a los intendentes, a los senadores y a los diputados de todas las fuerzas políticas.
La Federación Popular del Transporte de Tierra del Fuego (Fepotra), una organización multidisciplinaria que milita hace años a favor de la conexión marítima, consideró que el cruce no sólo resolverá el derecho de los habitantes provinciales de transitar por el país sin tener que pasar por territorio extranjero, sino que generará recursos económicos y se constituirá en un “polo estratégico” para “salvaguarda de la soberanía en el Atlántico Sur”.
Por su parte, el vocero de Fepotra, Daniel Guzmán, celebró “el anuncio y la decisión del Gobierno nacional de fondear el dinero” y solicitó que “Tierra del Fuego participe de manera activa en el debate” para decidir la iniciativa más factible para la conexión. “Podemos analizar, observar y recomendar para que se haga un proyecto que dé una respuesta integral a toda las necesidades que tiene la sociedad en forma particular, las cargas y los camiones”, sostuvo en comunicación con el programa El Espiral por LU 12 Radio Río Gallegos. Además, adelantó que en dos semanas “estaremos en la capital santacruceña inaugurando, con la Universidad de la Patagonia Austral, el foro anual para abordar este proyecto”.
Dos opciones para un mismo dilema
Luego del anuncio presidencial, comenzó el debate acerca de cuál es la mejor opción para comunicar a la provincia con el continente, sobre la base de dos informes técnicos: uno de prefactibilidad realizado en 2006 por instrucción del ex presidente Néstor Kirchner y otro preliminar, efectuado por la Administración General de Puertos (AGP) en 2013.
El primer informe aconseja realizar un “cruce corto”, que partiría de un muelle a construirse en una zona de playa ubicada en “Cañadón Alfa”, 145 kilómetros al norte de Río Grande.
La conexión se realizaría en barcos porta-rodantes, con capacidad para el traslado de pasajeros, automóviles y camiones, que uniría la isla con otras instalaciones portuarias ubicadas en Punta Dúngenes, al sur del continente, cubriendo una distancia de 30 kilómetros de navegación.
El estudio de 2006 menciona que la embarcación debería ser un buque multicasco de 110 metros de eslora (largo) por 20 metros de manga (ancho), con un calado de 4,50 metros, capaz de desplazarse a una velocidad de 22 nudos y que podría llevar 12 camiones, 2 ómnibus, 35 autos y 250 pasajeros por viaje. El barco cubriría la distancia en un tiempo aproximado de una hora y media, y se realizarían 8 cruces diarios en dos embarcaciones.
Por otra parte, el “cruce largo” propuesto por la Administración General de Puertos (AGP) incluye unir el Puerto Caleta La Misión de Río Grande, al que habría que adaptar para estas operaciones en función del muelle ya construido en el lugar, con Punta Loyola, cerca de Río Gallegos, donde habría que construir un muelle completo o adaptar las instalaciones de un puerto en desuso perteneciente a la ex Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF).
Desde Loyola a Gallegos habría que recorrer unos 35 kilómetros de ruta pavimentada, mientras que en Río Grande, apenas surcaría los 13 kilómetros que separan el centro de la ciudad de Caleta La Misión.
El análisis preliminar del organismo portuario recomienda realizar este cruce con dos catamaranes de alta velocidad, llamados WPC, de 86 metros de eslora (largo) por 26 de manga (ancho), con un calado de 3,80 metros.
Estas embarcaciones pueden transportar entre 600 y 777 pasajeros sentados, entre 175 y 200 autos y 4 colectivos, o 121 autos, 17 colectivos y 10 camiones por viaje.
De acuerdo al estudio, podrían realizar el cruce en un lapso mínimo de 3 horas y 21 minutos y 5 horas y 23 minutos, dependiendo de las condiciones climáticas (vientos y altura de las olas) y de la ruta adoptada, ya que el informe propone una ruta directa por alta mar y otra alternativa por la costa para condiciones climáticas adversas.
En busca del mejor camino
En tal sentido, Guzmán sostuvo que desde Fepotra “abonamos el cruce corto, porque comtempla la posibilidad de concretar por día el movimiento estadístico garantizado por la Aduana”.
La misma Federación señaló que los argumentos incluyen desde el posible desarrollo futuro de una flota marítima y el control del Atlántico Sur en una zona próxima a las Islas Malvinas, hasta la conveniencia de incluir el transporte de mercadería, porque “es el que más dinero deja en su paso por Chile”.
En contraposición, la Administración Nacional de Puertos se inclina por el cruce largo, porque “evitaría los trayectos terrestres hasta sitios alejados de centros urbanos, posibilitando a los pasajeros el acceso a servicios e instalaciones en caso de espera o cancelación de los cruces”, además de “abaratar el costo de construcción de instalaciones portuarias y de obras viales”, valora el estudio del organismo estatal.
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