Mientras la inflación golpea el bolsillo de los fueguinos, el precio de la carne se ha disparado en los últimos meses, afectando tanto a comerciantes como a consumidores. Desde fines de diciembre hasta mediados de febrero, el incremento ha sido del 32%, encareciendo uno de los productos básicos de la canasta familiar.

Luis Schreiber, referente de los almaceneros, describe el panorama con preocupación. La inflación oficial en la provincia se ubica entre el 1,5% y el 2,5%, pero en productos de consumo masivo como la carne, los aumentos han sido mucho más marcados. "No entendemos cómo hacen los números", señala. Además, confirma una merma en el consumo, con muchas familias optando por el pollo, que también ha experimentado incrementos en su precio.

Uno de los factores que podría influir en una estabilización de precios es la reducción en la exportación de carne. Sin embargo, Schreiber explica que las expectativas de una baja en los costos internos debido a la disminución de retenciones no se han cumplido; por el contrario, estos continúan en alza.

El sector enfrenta un escenario cada vez más difícil. Comerciantes que anteriormente contaban con uno o dos empleados han debido reducir su plantilla o limitar las formas de pago debido a los altos descuentos de las aplicaciones y tarjetas. "Cada vez hay menos ventas, y sostener un comercio se vuelve más complicado", comenta Schreiber, mencionando además el impacto de los aumentos en servicios como la luz y el gas.

El desempleo es otro factor que incide directamente en la situación. Según el comerciante, las fábricas han optado por contratos semanales, lo que genera inestabilidad laboral. "Hoy es todo contratado, semanalmente. Se terminan los contratos y pueden llamar a alguien dos meses después para darle solo dos semanas de trabajo. Eso no es empleo, es una changa", enfatiza.

En cuanto a las medidas propuestas a nivel nacional, como el desglosamiento de los impuestos en los tickets, Schreiber considera que son inviables y poco efectivas para mejorar la situación del comercio. Además, señala que los informes económicos difundidos por la CAME no reflejan fielmente la realidad de los comerciantes, ya que, según su experiencia y la de colegas en otras provincias, las ventas han caído en todo el país.

Otro punto crítico que Schreiber plantea es la restricción del ingreso de carne con hueso desde el norte del país debido a la normativa del paralelo 42. "Miles de fueguinos estamos pagando el doble por la carne porque no se nos permite traerla de otras zonas más económicas", denuncia. Según el comerciante, esta restricción solo beneficia a un pequeño grupo de productores y comerciantes en detrimento de toda la población.

La situación es clara: los precios siguen subiendo, el consumo disminuye y las soluciones parecen lejanas. Es necesario que los legisladores pongan estos temas en agenda y trabajen en medidas concretas que permitan aliviar la crisis económica que afecta a los comerciantes y consumidor

es de Río Grande.