Cinco años después de haber surgido en plena pandemia, el comedor Alietatí Pies Descalzos celebra su trayectoria de servicio solidario en la Margen Sur de Río Grande. Desde 2020, la iniciativa se sostiene exclusivamente con donaciones de insumos y la entrega de viandas que cada familia retira en su propio recipiente, sin haber recibido nunca aportes monetarios directos.

La responsable del espacio rememora que, al abrir sus puertas el 8 de mayo de 2020, apenas había 17 comedores en la ciudad; hoy el número trepa a casi 180, un reflejo del crecimiento de la demanda. Durante los primeros meses repartían unas 250 porciones semanales, mientras que en la actualidad asisten a unas 35 familias por jornada, lo que equivale a 80 u 85 raciones de comida y postre.

Para conmemorar el aniversario, la organización agradeció públicamente a los colaboradores que hicieron posible un contundente locro celebratorio: empresas, vecinos y hasta un donante anónimo que prefirió mantenerse en el anonimato. También destacaron el respaldo permanente del Gobierno provincial y del Municipio, clave para sostener la logística.

Detrás de cada olla, la referente asegura que su motivación se basa en “cocinar y ayudar”, un compromiso que ha mutado de “acto de sanación” personal a “acto de amor al prójimo”. Con esa convicción, afirma que todo gesto solidario “vuelve el doble” y que la continuidad del comedor dependerá, sencillamente, de que siga habiendo necesidad en la comunidad.