La situación del sector de remises y taxis continúa agravándose ante la presencia de plataformas digitales como Uber, que operan sin regulación en la ciudad. Ariel Soto, remisero, expresó su preocupación y describió el difícil panorama económico que enfrentan los trabajadores del rubro.

"Desde hace un año y medio el problema se ha acentuado. Cada vez estamos peor. Antes recibíamos alrededor de mil pedidos por día en cada agencia, ahora apenas llegamos a 200 o 250. Es una merma del 70% en el trabajo", afirmó Soto, quien participó recientemente de una reunión en el Concejo Deliberante para visibilizar la situación.

La caída en la demanda impacta directamente en los ingresos. “Antes hacíamos 25 o 26 viajes diarios. Hoy, con suerte, hacemos entre 9 y 13. Esto nos deja muy por debajo de la línea de pobreza. Muchos compañeros no pueden cubrir sus gastos y, en algunos casos, terminan recurriendo a la misma plataforma contra la que reclamamos para poder llegar a fin de mes”.

Según explicó, los ingresos diarios varían entre titulares y choferes. “Un titular puede llegar a hacer 30 o 40 mil pesos por día, pero si tiene chofer, se divide en dos. Es decir, el chofer gana 20 o 25 mil pesos, cuando la situación económica exige mucho más para subsistir”.

Soto también remarcó que han solicitado al Ejecutivo municipal que se eliminen ciertos impuestos, como el de las patentes, debido a que los ingresos actuales no alcanzan para afrontar todos los gastos que demanda el trabajo: “Pagamos 250 mil pesos en promedio por socio en la agencia, más monotributo, contador, patente. La plata que entra ya no es la de antes. No podemos sostener esta estructura”.

Uno de los puntos más críticos, según indicó, es la falta de control por parte del municipio sobre la actividad de Uber. “Nos sentimos abandonados. El intendente dijo hace dos años que solo taxis y remises podían brindar este servicio, pero no ha hecho nada para frenar el crecimiento de Uber. Hay entre 700 y 1000 autos trabajando en esa plataforma, una cifra que supera ampliamente a los remises y taxis habilitados”.

También cuestionó las condiciones en las que opera Uber en la ciudad. “Muchos de los que manejan no tienen carnet profesional, ni seguro contra terceros. Pero la gente elige Uber porque es más barato. No se la puede culpar, manda el bolsillo”.

Frente a este escenario, desde el sector piden una ordenanza que permita regular el funcionamiento de estas plataformas. “Queremos que, si van a trabajar, sea bajo las mismas reglas. No que ellos fijen la tarifa ni trabajen al margen de todo. Nosotros estamos regulados, ellos no”.