
La inflación crece cada día más y parece que para sumarle un ingrediente está la Pandemia, el clima, guerras y miles de otros factores que afectan a dos sectores: los comerciantes y consumidores.
Parece que, como consumidores, vamos a tener que dejar de disfrutar por un tiempo el pan recién calentito y dejar de hacernos cargo de la frase: “jugate con unas facturitas”. El desmesurado incremento de los productos de la canasta alimentaria, entre ellos, la harina y el huevo.
Hernán Morcillé, gerente de la distribuidora local Ayam S.R.L. aseguró que “se están viviendo días difíciles en relación con los aumentos de precios”.
“Una bolsa de harina estaba un mes atrás a 1.500 pesos aproximadamente; hoy, tenemos que hablar del doble, más de 3.000 pesos, a lo que hay que agregarle que no hay un precio establecido, porque los molinos no venden y no nos dan un precio establecido”. Desde la distribuidora suelen recibir por mes un total de 5.200 bolsas, pero aún en el mes de marzo no han recibido nada y ya van “15 días que no recibimos nada”.
Con respecto a la compra de huevos, “Con motivos de la sequía y la ola de calor en el norte –explicó- ha habido una gran mortandad de gallinas, un proceso que tardará algunos meses en revertirse”.
Como resultado de ello, el incremento del precio “es abismal, pasamos de 250 pesos a 500 y hasta 600 pesos por un maple de 30 unidades”. Afirmó que en cuestiones de los aceites también habrá un incremento en su valor.
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