
La antigua pobladora Carmela Ojeda Pacheco, fiel compañera y servidora en la organización de las actividades del 2 abril.
Lamentablemente, por razones de salud, tuvo que dejar ese oficio y no los podrá acompañar este año. Por lo que, desde el Centro de Veteranos de Guerra fueron a visitarla a su casa para compartir un momento con ella.
“Siempre estuve acompañándolos desde que empezó a hacerse, pero hoy ya no puedo. Los acompaño en mi corazón. Hacían comida y la repartían a niños y adultos”.
Agradeció su visita y se sintió sorprendida, “he estado por muchos años y el cariño en mi corazón sigue igual acompañándolos”.
Silvio Oyarzo, su hijo, tuvo la fantástica idea de convocar a los veteranos y preguntarles si podrían visitarla, a lo que no se negaron en ningún momento.
Además, dijo: “siempre recuerda en estas épocas cuando desfilaba, era abanderada y les cuenta a sus nietos. Es una mujer sumamente lúcida, esperemos que ella disfrute todo lo vivido con los veteranos y les agradezco a los presidentes de los veteranos por su acto y predisposición”.

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