El aeropuerto de Río Grande podría quedar inactivo durante gran parte del próximo verano, según trascendió en declaraciones recientes del responsable de RGA Viajes, Federico Juncos. Aunque todavía no hay una confirmación oficial, se estima que el cierre temporal podría extenderse entre el 8 de enero y el 8 de marzo de 2026, con el objetivo de ejecutar un ambicioso plan de remodelación.

En una entrevista radial con el programa “Radio Noticias”, emitido por Radio Fueguina, Juncos anticipó que las obras contemplan la ampliación de la pista, su reacondicionamiento y la incorporación de un sistema de iluminación adaptado a las condiciones extremas del sur argentino.

El proyecto busca evitar episodios como los ocurridos en temporadas pasadas, donde suspensiones por niebla y otras inclemencias generaron caos entre pasajeros. "La idea es invertir ahora para prevenir problemas más adelante", sostuvo Juncos.

A pesar de que los trabajos están pensados para comenzar en enero, también circuló la posibilidad de que se adelante el cierre a diciembre. En ese caso, el impacto sería mayor, dado que la ciudad perdería parte del movimiento turístico de fin de año, con consecuencias para el sector hotelero, gastronómico y de agencias de viajes locales.

“Cerrar el aeropuerto en diciembre sería complicado”, advirtió Juncos, quien aclaró que por el momento todo está en etapa de evaluación. Si bien reconoció que suspender operaciones durante dos o tres meses implica un esfuerzo logístico, también remarcó que “es lo necesario para contar con una infraestructura segura y moderna”.

Estas obras se enmarcan dentro de un plan nacional que incluye trabajos similares en otros aeropuertos argentinos durante la temporada invernal, como preparación para la afluencia turística relacionada con la nieve y los centros de esquí.

Por otro lado, el responsable de RGA Viajes puso el foco en la necesidad de garantizar que el aeropuerto esté operativo y en condiciones para afrontar el próximo invierno, un período en el que las condiciones climáticas suelen ser más severas y las demoras más frecuentes.

“Es preferible realizar las obras en verano, cuando hay más previsibilidad climática”, concluyó Juncos, y pidió comprensión a los usuarios. Desde el sector turístico local, en tanto, ya se analiza cómo reorganizar los servicios y viajes para mitigar los efectos de un posible cierre.