
Un grupo de personas privadas de la libertad en la Unidad de Detención N.º 1 de Río Grande está llevando adelante dos iniciativas con fuerte impacto social y ambiental: la confección de pelucas para pacientes oncológicos y el desarrollo de un proyecto ecológico denominado “Ecolápiz”, que busca transformar lápices en árboles.
Ambos proyectos se realizan con el aval de las autoridades penitenciarias y con el compromiso activo de los internos, quienes ahora convocan a la comunidad a sumarse mediante donaciones y apoyo logístico.
Walter López, quien cumple condena y preside el Centro de Estudiantes de la Unidad, explicó que la iniciativa solidaria nació con el objetivo de acompañar el trabajo de Natalia Camaño y Adrián Paredes, impulsores de un proyecto de pelucas para personas en tratamiento de quimioterapia. “Nosotros colaboramos desde la Unidad de Detención, con la autorización del Director de la Unidad, Raúl Ciares, y del Director Provincial, Ariel Ciares. Ya hemos entregado varias cortinas de pelo”, detalló.
Los internos confeccionan las cortinas de cabello los fines de semana, en el espacio educativo del penal, y las entregan para que sean armadas en pelucas completas. En este marco, solicitaron a la sociedad que acerque donaciones de cabello directamente a la Requisa de la Unidad. “Queremos continuar este proyecto solidario que Natalia y Adrián sostienen con mucho esfuerzo. Desde acá tratamos de colaborar porque entendemos la necesidad y el valor que tienen estas pelucas para quienes atraviesan una enfermedad”, indicó López.
En paralelo, se está desarrollando el proyecto “Ecolápiz”, una propuesta ambiental que busca reutilizar lápices escolares comunes insertando una semilla de árbol en su interior. “La idea es que, al terminar de usar el lápiz, se pueda plantar y así generar un nuevo árbol. Es una forma de retribuir y cuidar el ambiente desde este espacio”, explicó López.
Ambas acciones, resaltó, tienen un mismo objetivo: reconstruir vínculos con la sociedad desde una perspectiva de reparación. “Tratamos de reparar el daño que en su momento se hizo, de no perder el tiempo y de generar ámbitos laborales, de colaboración con quienes más lo necesitan. Ayudar nunca está mal y esto también nos transforma como personas”, reflexionó.
Por último, reiteró el pedido a la comunidad: “Necesitamos donaciones de cabello para las pelucas y también quienes quieran sumarse al proyecto Ecolápiz están invitados a acercarse a la Unidad de Detención, hablar con el Director y conmigo para ver cómo podemos trabajar juntos”.
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