El secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Tolhuin (SOYEM), Hugo González, volvió a cuestionar en duros términos la conducción política del Ejecutivo local. En declaraciones radiales, aseguró que la relación con el intendente Daniel Harrington “no solo no mejoró, sino que está peor” y denunció que dentro del municipio se profundizan las prácticas de persecución hacia los trabajadores.

Según González, la situación se tornó insostenible en distintos sectores, donde se promueven malos tratos y presiones contra los empleados. Incluso afirmó que algunos jefes y responsables de área participan activamente de estas maniobras. “Se usan a trabajadores para perseguir a sus propios compañeros, lo cual genera un clima muy alarmante y conflictivo”, señaló.

El dirigente gremial aseguró que el gremio viene presentando denuncias ante el Ministerio de Trabajo, sin que hasta el momento se hayan registrado cambios. “Ya varios compañeros hicieron las presentaciones correspondientes, pero todo sigue igual. Los conflictos no solo no se resuelven, sino que cada vez se profundizan más”, afirmó.

En este sentido, responsabilizó directamente al intendente Harrington por sostener en sus cargos a funcionarios que, según denunció, no tienen capacidad de gestión ni respeto por el personal. “Si uno ocupa un cargo de jefatura, debe tener responsabilidad y saber tratar a la gente. Lo que estamos viendo es lo contrario: maltrato, presiones y órdenes arbitrarias con el único objetivo de hostigar a los trabajadores”, remarcó.

El gremio municipal advirtió además que la situación afecta con mayor fuerza al área de Obras Públicas, aunque también se replica en otras dependencias. “Lo que está ocurriendo es muy grave y puede terminar mal. En muchos casos se trata de represalias por pensar distinto o por no alinearse con la política del intendente”, denunció González.

De esta manera, el sindicato municipal expuso nuevamente un panorama de conflictividad creciente dentro del Municipio de Tolhuin, que suma tensiones y descontento entre los empleados ante lo que califican como un escenario de persecución institucionalizada y ausencia de respuestas políticas.