
En los últimos días, las declaraciones del gobernador de Tierra del Fuego reflotaron el debate en torno a la salmonicultura. Sin embargo, desde el Gobierno se busca enfocar el tema dentro del marco más amplio de la acuicultura. Así lo explicó el subsecretario de Pesca de la provincia, Diego Marcioni, en una entrevista con Fm La Isla.
“Yo prefiero hablar de acuicultura, que incluye salmonicultura, pero tambien cultivo de erizos, mejillones, crustáceos, algas y otros peces”, aclaró Marcioni. Y destacó que el plan de desarrollo de la provincia contempla este enfoque integral, con experiencias ya en marcha, como el proyecto de cultivo de mejillones en Puerto Almanza, impulsado por la empresa Newsan y otras inversiones privadas.
Respecto al potencial productivo, el funcionario recordó que Tierra del Fuego cuenta con unos 600 kilómetros cuadrados de lagos, ríos y lagunas, y unas 130 millas de costa marina. “Esto no significa que todos esos espacios sean aptos para la acuicultura, pero tampoco podemos prohibir su uso sin antes analizar el potencial que tienen”, subrayó.
En relación con la polémica salmonicultura industrial, Marcioni fue claro: “La ley 1355, que fue votada por unanimidad, puso freno a una acuicultura intensiva y sin control que ponía en riesgo todo. No queremos ese modelo para Tierra del Fuego”. Y agregó: “Una actividad debe ser social, ambiental y económicamente viable. Si una de esas tres variables falla, perjudica a las otras dos”.
Marcioni recordó que desde el inicio de la gestión de Gustavo Melella en 2020, la acuicultura ha sido parte central del esquema productivo provincial. “Gustavo creó la Secretaría de Pesca y Acuicultura. Antes era solo una dirección general. Empezamos a desarrollar proyectos de miticultura desde 2021. Este año comenzamos a enviar productos con trazabilidad y estándares de calidad”, detalló.
Sobre los proyectos vinculados a los cultivos de algas o truchas, mencionó que se están evaluando zonas específicas de lagos o ríos para desarrollarlos, siempre bajo estudios de impacto ambiental rigurosos. “Queremos acuicultura basada en la innovación, en el desarrollo de genética propia y especies adaptadas al entorno fueguino. No es cuestión de venir, instalar una granja y traer peces de afuera”, aseguró.
En cuanto a las comparaciones con Chile y los millonarios ingresos que genera con la exportación de salmones, Marcioni fue tajante: “No vamos a replicar ese modelo de salmonicultura intensiva. Queremos una acuicultura fueguina, con mirada propia, sostenible y controlada. Ya inauguramos un laboratorio con capacidad para investigaciones, control sanitario y formación de nuestros técnicos y científicos”.
Finalmente, al ser consultado sobre la posibilidad de implementar estos desarrollos en lagos y lagunas que forman parte de parques nacionales o reservas ecológicas, el funcionario señaló que cualquier iniciativa deberá respetar los marcos legales vigentes y ser compatible con las categorías de conservación.
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