
Alejandro Aguirre, ex ministro de Energía provincial, brindó un crudo diagnóstico sobre la crisis energética que atraviesa el país. En una entrevista concedida a FM La Isla, detalló cómo la combinación de decisiones políticas erráticas, el incremento del consumo y una infraestructura insuficiente han derivado en un serio desbalance en el suministro de gas.
Aguirre reveló que hoy la demanda ronda entre 160 y 170 millones de metros cúbicos diarios, mientras la producción local solo cubre unos 130 a 140 millones. Este déficit —estimado entre 20 y 30 millones de metros cúbicos por día— obliga a recurrir a importaciones desde Bolivia o a comprar costosos barcos de gas natural licuado (GNL). “Mientras el gas que producimos acá tiene un valor de entre 3 y 5 dólares por millón de BTU, el que traemos de afuera puede superar los 13 dólares”, puntualizó, alertando sobre el fuerte impacto en la balanza comercial.
Durante la ola polar, el consumo residencial se disparó: pasó de 80 millones de metros cúbicos en el mismo período del año pasado a 97 millones. Esto forzó al Gobierno a priorizar los hogares por sobre las industrias y estaciones de GNC, interrumpiendo el suministro a estos sectores para asegurar calefacción en las casas. Si bien consideró comprensible esa decisión, Aguirre advirtió que genera importantes perjuicios económicos en los sectores productivos.
Uno de los aspectos que más cuestionó fue el manejo que el actual Gobierno nacional hizo de la planificación energética. Según Aguirre, se apostó a que Vaca Muerta seguiría creciendo por sí sola, sin necesidad de ampliar redes ni reservar barcos de GNL. “Se suspendieron obras clave, se confiaron demasiado en un mercado que, sin reglas claras, terminó dejándonos con un déficit más grande”, sostuvo.
El ex funcionario también criticó la reciente decisión de liberar el precio de las garrafas y flexibilizar controles de calidad. “Sin regulaciones, el usuario queda expuesto a pagar valores altísimos y a consumir un producto que podría no cumplir con estándares mínimos”, alertó. Como ejemplo, mencionó el caso de Tierra del Fuego: “Hoy el kilo de gas está subsidiado y se paga unos 80 pesos. Sin ese respaldo, podría trepar a más de 2.000 pesos”.
Además, Aguirre destacó un cambio legislativo de fondo que considera peligroso: la eliminación de la palabra “autoabastecimiento” de la ley de hidrocarburos, tras la sanción de la Ley de Bases al inicio de la gestión de Javier Milei. “Eso cambió el eje: ahora la prioridad es mejorar la balanza comercial exportando, aunque la demanda interna quede desatendida”, lamentó.
Para cerrar, subrayó que sin un plan energético con visión de largo plazo y fuerte respaldo técnico, el país seguirá expuesto a estos vaivenes. “Hace falta una ingeniería seria y no simplemente apostar a un libre mercado que, en materia energética, deja al usuario desprotegido”, concluyó.
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