La aplicación de mensajería WhatsApp podría quedar bloqueada en Rusia en las próximas semanas, en el marco de un endurecimiento del control estatal sobre los servicios digitales extranjeros. En paralelo, se avanza con el desarrollo de Max, un mensajero nacional que sería incluido por defecto en todos los teléfonos vendidos en ese país.
El escenario se da en medio de tensiones crecientes entre el gobierno ruso y las grandes tecnológicas estadounidenses, en particular con Meta, empresa propietaria de WhatsApp, que fue declarada organización extremista en 2022, junto con otras de sus plataformas como Facebook e Instagram, actualmente prohibidas.
En ese contexto, autoridades locales expresaron públicamente que WhatsApp debería prepararse para abandonar el mercado ruso, donde se estima que más de 97 millones de personas utilizan la aplicación. De concretarse la medida, implicaría un cambio drástico en las comunicaciones digitales del país, considerando que alrededor del 68% de la población usa esta app diariamente.
El mensajero Max, el reemplazo estatal
El nuevo servicio de mensajería local, denominado Max, será el reemplazo oficial de WhatsApp en el país euroasiático. Se prevé que su lanzamiento ocurra en septiembre de este año, y que venga preinstalado en todos los smartphones comercializados en territorio ruso.Este mensajero estaría integrado a un ecosistema tecnológico nacional, con funciones desarrolladas específicamente para ajustarse a las regulaciones locales en materia de datos, comunicación y seguridad.
Un marco legal más restrictivo
Además del posible bloqueo, se aprobó una nueva ley que sanciona el acceso a contenidos considerados “extremistas” en búsquedas online, e impone penalidades a quienes utilicen redes privadas virtuales (VPN) para evitar restricciones de acceso a plataformas prohibidas.En el marco de estas nuevas normativas, se estima que el bloqueo a WhatsApp es inminente, aunque aún no se anunció una fecha oficial para su aplicación.
La situación forma parte de una escalada de medidas adoptadas por el gobierno ruso en los últimos años contra las grandes tecnológicas extranjeras. En 2024, por ejemplo, se impuso una multa récord a una firma estadounidense por presunta censura de contenidos locales.
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