
En el marco de la expedición científica que se desarrolla en el fondo del mar frente a las costas de Mar del Plata, una inusual criatura marina captó la atención de miles de usuarios en redes sociales: un pez de aspecto transparente y ojos tubulares que rápidamente fue apodado como “pez telescopio”.
El video del animal, que muestra una cabeza translúcida y unos ojos que parecen binoculares incrustados en su cráneo, superó el millón de reproducciones y generó un fuerte revuelo en internet. Muchos creyeron que se trataba de un descubrimiento reciente realizado por los equipos de investigación que trabajan en el Cañón Submarino Mar del Plata.
Sin embargo, aunque la misión científica logró importantes hallazgos en esa región del Atlántico Sur, el peculiar pez no fue uno de ellos. Se trata en realidad de una grabación realizada años atrás por un instituto oceanográfico dedicado a la exploración de especies abisales. Las imágenes corresponden al conocido “pez barreleye” (Macropinna microstoma), una especie rara pero ya documentada, habitante de profundidades entre los 500 y 3.000 metros.
Durante la viralización, también se generó confusión con el “pez telescopio” propiamente dicho, perteneciente a la familia Giganturidae, otra criatura de aguas profundas con ojos tubulares, aunque con rasgos y hábitats distintos.
Además, el término “pez telescopio” fue asociado erróneamente con el pez dorado de ojos saltones, una variante ornamental del Carassius auratus desarrollada en China desde el siglo XVIII y popular en acuarios domésticos.
Este fenómeno demuestra cómo la fascinación por lo desconocido en el océano puede dar lugar a confusiones y especulaciones virales, incluso en el contexto de una campaña científica legítima. Aun así, la atención generada por estas imágenes vuelve a poner en primer plano la importancia de las expediciones marinas para conocer mejor la biodiversidad del fondo del mar.
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