La jornada del 31 de octubre comenzó con sorpresa y preocupación para los empleados de la textil Blanco Nieve, ubicada en el parque industrial de Río Grande. Cuando llegaron a cumplir con su horario habitual, los trabajadores se encontraron con las puertas cerradas y candados en los accesos, sin ningún tipo de aviso previo por parte de la empresa.

La delegada sindical de SOIVA, Marcela Cárdenas, relató que los empleados habían acudido como cada día a las 7 de la mañana para continuar con la venta y producción de sabanas, pero se toparon con la planta cerrada. “Nos tratamos de comunicar con Recursos Humanos y nos dijeron que la empresa no iba a abrir más. No hubo explicación, ni siquiera una charla previa con los trabajadores. Fue una canallada del dueño, una sinvergüenzada más”, expresó.

Cárdenas explicó que el cierre se da en un contexto en el que los trabajadores venían sosteniendo la planta a pulmón, a través de la venta directa de juegos de sábanas y otros productos elaborados allí, con el objetivo de autogenerar ingresos y cubrir los sueldos atrasados de septiembre. “Esto estaba hablado. Nosotros vendíamos los productos para cobrarnos el sueldo, porque todavía se adeuda septiembre. Hasta ayer estábamos vendiendo, y de un momento a otro, sin previo aviso, decidió cerrar la empresa”, señaló.

La delegada recordó que el propietario había manifestado en audiencias en el Ministerio de Trabajo que las cuentas bancarias estaban embargadas, pero luego reconoció que ya habían sido liberadas. Sin embargo, no cumplió con el compromiso de regularizar los pagos. “Fueron siempre puras mentiras. Desde el 11 de septiembre no se depositó nada. Todo lo que conseguimos fue gracias al esfuerzo de los trabajadores”, agregó.

Ante la falta de respuestas, los empleados decidieron permanecer dentro de la fábrica para exigir explicaciones y resguardar tanto la maquinaria como los bienes del establecimiento. “Somos 35 familias que vivimos de este trabajo. Algunos compañeros tienen más de 30 años de antigüedad. Hemos entregado la vida a Blanco Nieve. Vamos a salir dignamente, cuidando nuestro lugar y cobrando lo que nos corresponde”, afirmó Cárdenas.

La referente de SOIVA también manifestó la preocupación de los trabajadores por un posible vaciamiento de la planta, una situación que ya ocurrió en otras empresas del parque industrial. “Hemos visto empresarios que cuando llegan los problemas se escapan como ratas. Nosotros estamos acá para cuidar lo nuestro, para que no se lleven nada y para que nos paguen lo que deben”, sostuvo.

Mientras tanto, los trabajadores adelantaron que continuarán con las ventas de los productos textiles de manera organizada y en efectivo, como única forma de generar ingresos ante la falta de respuesta por parte de los dueños.

La situación de Blanco Nieve refleja una nueva crisis dentro del sector textil fueguino, donde las incertidumbres empresariales vuelven a poner en riesgo las fuentes de trabajo de decenas de familias riograndenses