Tierra del Fuego registra actualmente la mayor tasa de incidencia acumulada de coqueluche del país, con 29,8 casos cada 100 mil habitantes, según datos del área de Epidemiología. Este indicador refleja la proporción de personas afectadas en un mismo período y, por lo tanto, una mayor probabilidad de contagio entre la población susceptible, aunque el número total de casos confirmados sigue siendo acotado.

En lo que va del brote, se contabilizaron 58 casos en la ciudad de Ushuaia, de los cuales solo uno requirió hospitalización, correspondiente a una menor no vacunada por decisión familiar. No se registraron fallecimientos, y la mayoría de los diagnósticos correspondieron a adultos de 20 años o más, seguidos por niños de entre 5 y 9 años. Ninguno de los casos confirmados se dio en menores de 2 años, grupo considerado de mayor riesgo por su potencial gravedad.

Durante la última semana se detectaron los primeros casos en establecimientos escolares de Río Grande, lo que llevó a notificar a las familias de los contactos cercanos de al menos dos contagios confirmados.

Frente a este escenario, desde el área de Epidemiología se reforzaron las acciones de vacunación y control para prevenir la propagación. Se implementó un esquema acelerado en lactantes, que incluye la aplicación de la primera dosis a las seis semanas de vida, seguida de la segunda y tercera dosis con un intervalo de 30 días, y refuerzos a los seis meses posteriores (no antes de los 12 meses de edad) y a los cinco años.

Además, se dispuso la vacunación del personal de salud que no haya recibido refuerzo en los últimos diez años, o en los últimos cinco para quienes trabajan con lactantes menores de 12 meses. También se amplió la cobertura para docentes de nivel inicial que no tengan registro de una dosis reciente.

El coqueluche, también conocido como tos convulsa, es una enfermedad respiratoria aguda prevenible por vacunación, que puede afectar a personas de todas las edades. Si bien en adolescentes y adultos suele manifestarse de forma leve o atípica, estos casos representan una fuente importante de transmisión hacia los bebés y niños pequeños, quienes presentan los mayores riesgos de complicaciones y mortalidad.

De esta manera, las autoridades sanitarias insisten en la importancia de mantener los esquemas de vacunación al díapara evitar nuevos contagios y proteger especialmente a los grupos más vulnerables.