El viejo anhelo de contar con una conexión terrestre entre Punta Arenas y Puerto Williams dio un nuevo paso este martes, con la inauguración de 21 kilómetros adicionales de la ruta Vicuña–Yendegaia encabezada por el presidente Gabriel Boric. Con este avance, solo restan 29 kilómetros para completar el trazado que atravesará Tierra del Fuego y la cordillera Darwin.

La ministra de Obras Públicas, Jessica López, detalló que las tres etapas que faltan se ejecutarán de manera simultánea desde el norte y desde el sur, con un sistema de doble turno para acelerar los trabajos. El siguiente tramo comenzará en marzo y contempla una inversión de $31.500 millones. El cronograma oficial fija la finalización de todo el proyecto para 2031, consolidando una obra que distintos gobiernos han impulsado desde 1994.

El Estado proyecta que, sumando las secciones pendientes, la inversión total superará los $130 mil millones. La ruta cuenta con Resolución de Calificación Ambiental y está llamada a convertirse, según el propio Boric, en “una de las grandes obras de infraestructura del país”, al tiempo que destacó el aporte de los equipos que han trabajado en terreno durante años.

Detrás de los 21 kilómetros recién abiertos hay más de una década de faenas a cargo del Cuerpo Militar del Trabajo (CMT), con un equipo de 50 personas —35 militares y 15 civiles— sometidos a un sistema de 40 días de labor por 20 de descanso. El campamento base se ubica en Caleta 2 de Mayo, en bahía Yendegaia, donde las cuadrillas sortearon inviernos con nieve que supera el metro de altura y accesos completamente congelados.

Las dificultades no han sido solo climáticas. El jefe de la Unidad MOP–CMT, Robinson Aldunate, explicó que el trazado debió adaptarse a suelos inestables y extensas zonas de turberas dentro del Parque Nacional Yendegaia. A ello se suma la logística: hasta la construcción de la barcaza Aunashaka, el ingreso de maquinarias y suministros dependía casi por completo de servicios de barcazas contratados de forma puntual.

Durante la construcción se identificaron 54 sitios arqueológicos vinculados al pueblo yagán, entre ellos conchales, casas pozo y pinturas rupestres. Una inspección arqueológica permanente obligó en varios casos a redibujar el proyecto e incluso a cambiar completamente el trazado para proteger estos vestigios.

La llamada “décima etapa” de la senda comenzó en enero de 2014 con un presupuesto inicial de $18.350 millones, pero terminó superando los $25 mil millones. Aldunate reconoce que el sistema de turnos extendidos, sumado a las pausas forzadas por clima y logística, explica buena parte de ese incremento.

Una vez concluida, la senda de penetración Vicuña–Yendegaia reducirá en unas 12 horas el tiempo de viaje entre Puerto Williams —capital de la provincia Antártica— y Punta Arenas, la capital regional. Se espera una fuerte baja en los costos de fletes y transporte de pasajeros, además de un impulso decisivo al turismo y a la presencia soberana del país en la zona.

El proyecto contempla una ruta bimodal, con dos cruces marítimos: uno en Punta Delgada para acceder a Tierra del Fuego y otro entre Caleta 2 de Mayo y Puerto Navarino, que la barcaza Aunashaka realiza en aproximadamente dos horas. El camino, de alta montaña, combina curvas de retorno, cortes en roca de más de 15 metros, pasos por lagos, llanuras, bosques nativos, ríos y esteros, y remonta el corazón de la cordillera Darwin, muy cerca de los campos de hielo D’Agostini.

Sin embargo, no todo son celebraciones. Parte de la comunidad científica y algunas autoridades locales miran con preocupación el posible incremento del turismo masivo sobre ecosistemas frágiles y sobre una ciudad de menos de 2.500 habitantes, cuya infraestructura aún es limitada. El desafío, advierten, será equilibrar desarrollo, conectividad y protección de uno de los paisajes más singulares de la provincia Antártica.