La causa por la caída del vuelo sanitario que despegó de Río Grande el 1 de julio de 2022 tuvo en los últimos días su primer movimiento de peso: la jueza federal Mariel Borruto dictó el procesamiento de responsables del taller de mantenimiento de la aeronave y del titular de la empresa, luego de una investigación que demoró más de tres años y cuatro meses.

En ese vuelo murieron el piloto, el copiloto, un médico y la enfermera fueguina Denise Torres. Su mamá, Mónica, habló tras conocer la decisión judicial y describió una mezcla de alivio, sorpresa y cansancio acumulado por la larga espera.

Explicó que recibir la noticia del procesamiento fue “una sorpresa” después de tanta demora: “Fue muy larga la investigación. Mucha burocracia, mucha espera. Es una tortura para nosotros. Pero esto es un paso más hacia la justicia, que es lo único que necesitamos para poder duelar en paz”.

Ferrara señaló que entendió que “están procesados el jefe de taller, los mecánicos, los ingenieros y el titular de la empresa”, y remarcó que la jueza consideró que hay pruebas suficientes para atribuir responsabilidades en el mantenimiento de la aeronave. La resolución, de todos modos, recién inicia el tramo hacia la instancia de juicio y deberá ser confirmada por la Cámara.

La madre de Denise recordó su llegada a Río Grande tiempo atrás, cuando buscaba entender el proceso judicial. No tuvo que declarar, pero sí tuvo contacto con el juzgado. “Percibí compromiso y mucha empatía. En un lugar donde mi hija perdió la vida, recibí amor y acompañamiento. Y del juzgado vi compromiso real. Creo que también porque la provincia depende del avión sanitario”, dijo.

Para Ferrara, la conclusión de la justicia coincide con lo que los familiares advirtieron desde el principio: “Esto no fue un accidente. Hubo negligencia en el mantenimiento del avión. No se puede negar”.

La vida familiar también quedó marcada de forma profunda. “La vida es muy difícil de rehacer. Uno sigue andando sin darse cuenta. La única fuerza que tenemos es esta lucha. El duelo de un hijo no se termina nunca”, expresó. Contó incluso que debió renunciar a su trabajo porque ya no podía sostenerlo emocionalmente.

Agradeció el acompañamiento de amigos, amigas y de toda la comunidad que “jamás se olvidó de Denise”. Y adelantó que cuando llegue el juicio —sea en Tierra del Fuego o en Buenos Aires— la familia estará presente: “Queremos confiar en la justicia. Confiamos en nuestro abogado, en los peritos, en el fiscal. Lo único que esperamos es que se haga justicia”.

La causa ahora espera la revisión de la Cámara y continúa su camino hacia el juicio, mientras las familias sostienen una espera que ya lleva más de tres años, con el mismo reclamo desde el primer día: que la muerte de sus seres queridos no quede impune.