La preocupación por el presente y el futuro económico de Río Grande quedó planteada con crudeza en la sede de la Cámara de Comercio, Industria y Producción. Allí, directivos, asesores y empresarios analizaron el proyecto de “Salmonicultura Terrestre Estancia Las Violetas – Río Grande”, elaborado por Osvaldo “Sulko” Romero, en el marco de un diagnóstico que advierte caída del empleo industrial, estancamiento de inversiones y la urgencia de diversificar la matriz productiva.
El contador Ramón Gallardo, asesor económico de la entidad, fue el encargado de poner números a la crisis. Recordó que el subrégimen industrial perdió cerca del 60% de sus trabajadores desde 2015: de unos 13.700 puestos se pasó a poco más de 8.200–8.300, mientras la población provincial se expandió un 46%. Paralelamente, los datos del INDEC muestran que el 22,3% de las y los fueguinos vive bajo la línea de pobreza (unas 41.000 personas) y el 2,3% en la indigencia.
En ese contexto, la Cámara decidió respaldar de manera explícita la iniciativa de salmonicultura terrestre, a la que definió como “un proyecto factible, generador de empleo y un aporte concreto al cambio de matriz productiva”. Además, se comprometió a trabajar para que no termine archivada “como tantas otras ideas truncas en la zona norte de la provincia”.
El proyecto de Romero prevé la cría de salmones en un sistema completamente terrestre en la zona del litoral marítimo de Río Grande, desde los piletones hasta el procesamiento del pescado. Gallardo detalló que el esquema incluye también la producción de alimento balanceado a partir de un esquema de intercambio con la industria local, lo que —según sostuvo— multiplica la cantidad de empleos directos e indirectos. “No se trata solo de los primeros puestos de trabajo, sino de toda la cadena que se activa detrás”, graficó.
Consultado por las voces críticas que, sobre todo desde sectores ambientalistas de Ushuaia, rechazan este tipo de emprendimientos, el asesor respondió que “nadie plantea depredar ni dañar el entorno natural”, remarcó que existen normativas y controles que deben aplicarse y advirtió que oponerse sin proponer caminos alternativos para generar empleo “es una postura irresponsable”.
En paralelo, Gallardo describió la compleja situación del parque industrial fueguino. Recordó que en los años de mayor expansión llegaron a producirse más de 40 tipos de bienes, mientras que hoy la actividad se concentra en apenas cuatro: celulares, televisores, aires acondicionados y microondas. Se trata de productos expuestos a una competencia global feroz y a cambios tecnológicos acelerados. “Ya se habla de dispositivos que podrían reemplazar al celular. Si no hay reconversión tecnológica, la matriz actual no tiene destino”, advirtió.
Las textiles, con plantillas superiores a los 500 trabajadores, aparecen entre las más comprometidas. Según el análisis, la reducción gradual de beneficios, sumada a actualizaciones sobre diez años de una inflación acumulada cercana al 9.000%, dejó a muchas firmas sin cupos ni incentivos reales. “Si no tenés exenciones en IVA, Ganancias y derechos de importación, directamente no podés seguir operando en estas condiciones”, explicó.
La crisis también golpea con fuerza al comercio y a las pymes. Gallardo ejemplificó que despedir a un empleado con cinco años de antigüedad puede costar alrededor de 20 millones de pesos. “No echan personal porque no pueden pagar la indemnización; los empresarios se levantan y lo primero que miran es el banco, no la producción”, resumió, al reclamar mayor acompañamiento político y gestión concreta para atraer inversiones.
En este punto, el asesor recordó que Tierra del Fuego cuenta con cuatro representantes nacionales alineados con el Gobierno central y pidió que ese vínculo se traduzca en resultados: “Es la primera vez que se da esta coincidencia, ojalá entiendan que mi único partido es Tierra del Fuego; si no tiramos todos para el mismo lado, pierde la provincia”, sostuvo.
La Cámara, en su pronunciamiento, reiteró además la necesidad de destrabar y aprobar proyectos financiados por el FAMP (Fondo de Ampliación de la Matriz Productiva), insistió en que la provincia adhiera cuanto antes al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) y solicitó abrir un canal de diálogo inmediato con las autoridades nacionales. Gallardo remarcó que el RIGI no supone una “lluvia automática de inversiones”, pero sí un marco para salir a buscar proyectos que aprovechen las ventajas locales.
En esa línea recordó que el Pacto de Mayo, suscrito por 19 gobernadores, contempla el compromiso de promover la explotación sustentable de los recursos propios. “Tierra del Fuego tiene petróleo, gas, turba y madera. No todas las provincias tienen esa base. Con controles serios se puede generar empleo genuino sin destruir el ambiente”, afirmó.
La preocupación se extiende a la estructura productiva en su conjunto. Para Gallardo, los recursos humanos, la logística instalada y la experiencia acumulada en el subrégimen podrían ser la plataforma para una reconversión hacia sectores de mayor valor agregado, como los contemplados en el capítulo de tecnología y nanotecnología del RIGI. Recordó que, durante la pandemia, empresas locales llegaron a fabricar respiradores, demostrando capacidad de adaptación.
Con este cuadro de fondo, la Cámara de Comercio decidió impulsar una agenda de trabajo que articule al comercio, la industria y el sector maderero, con ejes claros: apoyo al proyecto de salmonicultura terrestre, adhesión provincial al RIGI, puesta en marcha de iniciativas del FAMP, gestión ante legisladores nacionales y reapertura del diálogo con el Gobierno federal.
“Alguien tiene que salir a hablar”, sintetizó Gallardo, al advertir que los indicadores muestran una caída sostenida y que, si no se amplía de inmediato la matriz productiva, el impacto social será mucho más severo. “Necesitamos inversiones y generación de trabajo, ese es el rumbo”, concluyó.
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