
La reconocida nadadora española de aguas heladas, Begoña Alday, se encuentra en Ushuaia como parte de su preparación rumbo a un desafío histórico: convertirse en la primera persona en completar un Iron Human en la Antártida en 2026, una prueba que contempla 3,8 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y una maratón de 42,2 kilómetros.
Durante su estadía en Tierra del Fuego, Alday logró un hito al cruzar el Canal Beagle por el paso McKinley en pleno invierno, con temperaturas bajo cero, lo que marcó un precedente en el deporte de resistencia. “No es solo romper los límites físicos, es también una conexión entre la mente, el cuerpo y el medio ambiente”, destacó la atleta.
La nadadora describió la natación en aguas heladas como una forma de meditación extrema, que le exige un nivel de concentración único. “Antes de entrar al agua me relajo, bajo las pulsaciones y busco un estado de calma total, porque el frío genera una reacción inmediata que dificulta respirar y moverse”, explicó. Como anécdota, recordó el momento en que fue acompañada por lobos de mar durante el cruce, lo que calificó como un “lujo” de la naturaleza.
A pesar de su proyección internacional, Alday insiste en que no se ve como una deportista de élite. “No entreno contra nadie ni soy olímpica. Mi objetivo es inspirar a otros y mostrar que todos tenemos un diamante interior que puede brillar si nos lo creemos”, reflexionó.
El Iron Human Antártico es mucho más que un reto deportivo para la nadadora. La iniciativa busca visibilizar la fragilidad del continente blanco y enviar un mensaje de cooperación internacional en la defensa de la biodiversidad. “La Antártida no pertenece a nadie, pero es de todos. Hay que cuidarla, porque el turismo masivo puede romper un equilibrio muy delicado”, advirtió.
Con experiencia previa en expediciones científicas en la Antártida como capitana de barco, Alday subraya que su proyecto se apoya en Argentina como puerta histórica hacia el continente. Su meta es dejar un mensaje global de conciencia ambiental y demostrar que el deporte puede ser también una herramienta de transformación y compromiso.
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