
Un cambio normativo habilitó la importación personal de productos de línea blanca, como heladeras, lavarropas y cocinas, desde países vecinos. La medida, que reemplaza restricciones vigentes desde 1994, permite a los argentinos y residentes mayores de 16 años ingresar una unidad por año, bajo ciertas condiciones.
El atractivo principal está en la diferencia de precios: en Chile, una heladera Samsung No Frost de 230 litros cuesta unos $390.000, mientras que en Argentina un modelo similar supera el millón de pesos. Lo mismo ocurre con cocinas y lavarropas, donde la brecha puede llegar hasta un 90% o incluso más.
Sin embargo, especialistas advierten que el ahorro no es automático, ya que hay que contemplar traslado, gastos de viaje y posibles aranceles, además de la falta de facilidades de pago y garantías nacionales que ofrece el comercio local.
En resumen, importar electrodomésticos desde Chile puede significar un ahorro considerable, sobre todo para quienes viven cerca de la frontera y pueden organizar la logística, aunque no es un proceso libre de complicaciones.
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