
La situación de la Ruta Nacional N° 3 sigue generando serias preocupaciones entre los transportistas fueguinos. Darío Loreto, representante de la firma Logan y miembro de la Cámara Logística Fueguina, volvió a poner el foco sobre el mal estado del principal corredor vial de la provincia y la falta de respuestas concretas.
Según explicó, la ausencia de políticas claras en materia de obra pública y reparación de rutas agrava cada vez más el problema. “Hoy no vemos una solución inmediata ni una mejora a corto plazo. Más allá de lo que se habla a nivel nacional, la realidad es que seguimos sin obras y con la calzada deteriorándose día a día”, manifestó.
Loreto describió cómo el constante tránsito entre Ushuaia y Río Grande deja en evidencia el desgaste del asfalto. Alertó que si no se frena a tiempo este deterioro, el escenario podría asemejarse al que se vive en otros tramos del país. “Podríamos terminar como la Ruta 40 o como la Ruta 3 entre Comodoro y Trelew, donde ya no hay pozos, hay cráteres”, graficó.
Los costos que esta situación genera para el sector logístico son crecientes. El empresario detalló que el mal estado del camino impacta directamente en el mantenimiento de los vehículos: “Un simple pozo, con el peso que transportan los camiones, rompe elásticos y suspensiones. Tenemos un desgaste mucho mayor de lo habitual. Esto encarece todo: desde reparaciones hasta el tiempo fuera de servicio del camión”.
Además, destacó cómo se ha modificado el tiempo de viaje en rutas deterioradas. Recordó que un trayecto que antes demandaba entre siete y ocho horas, como el que une Comodoro con Trelew, ahora puede demorar hasta doce. “Eso retrasa las entregas y la vuelta del camión para una nueva carga, afectando la rentabilidad del transporte”, explicó. A esto se suma el fuerte aumento de los insumos, que según indicó, hoy cuestan hasta tres veces más.
Pero más allá del aspecto económico, Loreto hizo especial hincapié en el riesgo para quienes circulan por la ruta. “Lo más preocupante es la seguridad. Un conductor al intentar esquivar un pozo puede terminar perdiendo el control, sobre todo si el pavimento está resbaladizo. Muchos accidentes probablemente se originaron por estas maniobras”, aseguró, subrayando que los choferes no se sienten seguros al volante.
Para finalizar, insistió en la urgencia de que se implementen obras de reparación antes de que la ruta llegue a un punto irreversible, con consecuencias mucho más costosas y peligrosas para todos.
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