
Una microluna sucede cuando la Luna alcanza su fase llena justo en el momento en que se encuentra en su apogeo, es decir, el punto más lejano en su órbita alrededor de la Tierra. En esta posición, nuestro satélite se sitúa aproximadamente a 405.000 kilómetros de distancia, lo que provoca que su tamaño aparente sea algo menor al habitual, entre un 5,9% y un 6,9% menos que el promedio, y hasta un 14,1% más pequeña que una superluna.
Este fenómeno, aunque sutil y difícilmente perceptible sin instrumentos especializados, sí afecta ligeramente las mareas, provocando variaciones en el nivel del mar aproximadamente cinco centímetros menores en comparación con otras lunas llenas.
La Luna de flores, nombre otorgado originalmente por tribus indígenas norteamericanas debido al florecimiento abundante de la primavera en el hemisferio norte, no cambia realmente de color. Sin embargo, al estar cerca del horizonte, puede adquirir tonalidades amarillentas o anaranjadas debido a la interacción de la luz solar con la atmósfera terrestre.
El punto máximo de esta Luna llena ocurrirá exactamente a las 16:56 GMT (13:56 en Argentina, 10:56 en México y 11:56 en Colombia), aunque se podrá observar en plenitud desde la noche anterior hasta la siguiente, ofreciendo un espectáculo que durará cerca de tres días.
Además de este evento destacado, mayo presentará otros fenómenos celestes relevantes. Durante las noches del 3 al 4 de mayo, la Luna creciente formará una atractiva alineación visual con Marte y el cúmulo estelar conocido como "El Pesebre" en la constelación de Cáncer. Este encuentro visual será especialmente atractivo para observadores aficionados y fotógrafos astronómicos.
Asimismo, desde regiones específicas como el este de Estados Unidos y Canadá, será posible presenciar la breve ocultación de la estrella Asellus Borealis por la Luna, un fenómeno observable con binoculares en buenas condiciones meteorológicas.
Finalmente, hacia finales de mayo, entre el 22 y 23, se darán nuevas alineaciones planetarias destacables, con la Luna menguante acercándose a Saturno, Neptuno y Venus en la constelación de Piscis. Mientras que Saturno y Venus serán fácilmente visibles a simple vista, Neptuno requerirá el uso de binoculares para su observación.
Mayo culminará con la Luna nueva del día 27, ideal para explorar objetos celestes difíciles de observar durante otras fases lunares debido a la oscuridad predominante, como la Nebulosa de Carina en el hemisferio norte o la Galaxia del Molinillo Austral en el sur, cerrando así un mes repleto de oportunidades para disfrutar del cielo nocturno.
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