
La conectividad global da un paso decisivo con la alianza entre T-Mobile, uno de los operadores más importantes de Estados Unidos, y Starlink, el servicio de Internet satelital de SpaceX, compañía fundada por Elon Musk. Juntas, lanzaron T-Satellite, un sistema que integra satélites de órbita baja con la red celular tradicional para brindar cobertura directa a teléfonos móviles comunes, sin necesidad de antenas ni equipos adicionales.
El objetivo central es acabar con las llamadas “zonas muertas” de señal, extendiendo el servicio de comunicación a regiones que carecen de infraestructura terrestre, desde áreas rurales y montañosas hasta zonas marítimas. El proyecto, ya activo en fase beta, promete un cambio de paradigma al ofrecer a cualquier usuario un enlace automático con la red satelital cuando el teléfono no detecta torres de señal cercanas.
Cómo funciona T-Satellite
A diferencia del servicio residencial de Starlink, que requiere antena parabólica, esta tecnología se basa en la modalidad Direct-to-Cell, capaz de enlazar satélites LEO con smartphones convencionales. Inicialmente, permite mensajería (SMS, MMS), llamadas básicas, mensajes grupales y alertas de emergencia.Cuando el dispositivo pierde cobertura terrestre y tiene vista despejada al cielo, se conecta automáticamente a la red de Starlink, mostrándose un ícono “SAT” en pantalla. La compatibilidad incluye la mayoría de los modelos 5G lanzados en los últimos cuatro años por marcas como Apple, Samsung, Google y Motorola.
La hoja de ruta contempla habilitar transmisión de datos a partir de octubre, con soporte para aplicaciones de uso moderado como WhatsApp o AccuWeather. Aunque la velocidad y la latencia inicial serán menores que en 5G terrestre, se espera una mejora progresiva.
Cobertura, planes y costos
En Estados Unidos, clientes de T-Mobile con planes premium como “Go5G Next” mantendrán el servicio sin costo adicional. Para otros usuarios, el valor será de 10 a 15 dólares mensuales, mientras que personas de otras operadoras podrán contratarlo por unos 20 dólares.La cobertura inicial alcanza gran parte del territorio estadounidense, pero la meta es llegar a escala global mediante acuerdos con otros operadores móviles.
Posible llegada a la Argentina
Para que T-Satellite opere en el país, Starlink debería firmar convenios con compañías como Claro, Movistar o Personal, además de obtener autorización de los entes reguladores locales. En un mercado competitivo, la conectividad satelital podría convertirse en una ventaja estratégica para zonas sin cobertura de 4G o 5G, beneficiando tanto a usuarios particulares como a sectores productivos como minería, agro y logística.
Impacto y desafíos
Esta iniciativa podría redefinir el acceso a las telecomunicaciones al garantizar comunicación casi en cualquier punto del planeta, mejorando la seguridad en viajes y la capacidad de respuesta ante emergencias. Sin embargo, aún enfrenta retos técnicos: la latencia propia de las comunicaciones satelitales, la limitada velocidad en la fase inicial y posibles afectaciones por saturación de red o condiciones meteorológicas.Pese a estas limitaciones, T-Satellite marca el inicio de una nueva etapa en la que la conectividad dejará de depender exclusivamente de las antenas terrestres, acercando la promesa de un acceso verdaderamente universal a las comunicaciones.
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