
Este martes se desarrolló la segunda jornada del juicio oral y público por el homicidio agravado de Luis Miguel López Villarroel, ocurrido el 3 de febrero de 2024 en la Margen Sur. Fue el turno de los peritos de la División de Policía Científica, quienes presentaron los resultados de sus pericias técnicas, incorporando elementos de peso en la reconstrucción de los hechos.
La escena del crimen
Los especialistas describieron la vivienda de calle Yaven al 100, donde López Villarroel asesinó a Norma Beatriz Gómez antes de ser ultimado por familiares de la víctima. Señalaron que la puerta principal no presentaba signos de forzamiento reciente y que el ingreso al domicilio se produjo tras romper una ventana.
En el análisis de la escena se identificaron manchas de sangre, huellas de contacto y objetos desordenados en distintos ambientes de la casa, lo que reflejó episodios de forcejeo en su interior.
Testimonios de vecinos y gritos previos
Uno de los informes técnicos incorporó la declaración de un vecino que, en la madrugada del hecho, escuchó gritos de mujeres desde la vivienda: “Déjanos entrar, te vamos a matar”. Luego oyó voces masculinas que insistían con amenazas similares y finalmente ruidos de vidrios rotos y golpes, lo que confirmó el ingreso violento de varias personas a la morada.
El forcejeo con López Villarroel
De acuerdo con los peritos, en la habitación donde se encontraba Norma Gómez se produjo un enfrentamiento entre López Villarroel y al menos dos de los imputados: Mario Germán Álvarez y Catalina Mayra Álvarez. Los análisis genéticos y las manchas de sangre halladas en paredes y ventanas así lo indicarían. Los expertos hablaron de un “contacto o forcejeo” entre los tres dentro de la habitación, previo a las heridas letales que sufrió el agresor.
Las lesiones fatales
El informe forense concluyó que López Villarroel recibió múltiples cortes en la zona del cuello, en dos etapas sucesivas: primero una lesión venosa que le produjo hemorragia y pérdida de conciencia, y luego un corte arterial que terminó con su vida. Además, se constató la sección de cartílagos laríngeos y músculos protectores, lo que evidenció la violencia de la agresión.
Evidencia genética
Los peritos detallaron que en la hoja de un cuchillo secuestrado se halló sangre humana, mientras que otros elementos —como un cúter y un segundo cuchillo— arrojaron ADN de López Villarroel en células epiteliales. También se encontraron rastros compatibles con Catalina Mayra Álvarez en la mano de la víctima, lo que refuerza la hipótesis de contacto físico directo entre ambos durante el forcejeo.
Conclusiones de los especialistas
En su exposición, los integrantes de Policía Científica remarcaron que la evidencia ubica a Mario Germán Álvarez y a Catalina Álvarez en contacto cercano con López Villarroel al momento de la agresión, mientras que otros familiares habrían salido de la vivienda antes de que se produjeran las lesiones mortales.
Según los peritos, el episodio dentro de la casa se desarrolló en un lapso breve, de entre uno y cinco minutos, hasta la llegada de la policía. “Los indicios genéticos y las manchas hemáticas son consistentes con un forcejeo y con la mecánica de un ataque múltiple en la zona del cuello”, resumieron
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