La petrolera británica Rockhopper Exploration anunció que ha asegurado un financiamiento de hasta 140 millones de dólares para iniciar la primera fase del proyecto Sea Lion, ubicado a unos 220 kilómetros al norte de las Islas Malvinas, en aguas cuya soberanía es disputada por la Argentina. La inyección de capital proviene de la colocación de más de 198 millones de nuevas acciones, lo que permitirá comenzar con la perforación de pozos productivos a partir de 2025.
El proyecto, calificado como “ilegal” por el Estado argentino en reiteradas ocasiones, se desarrolla en el Bloque 14/10, dentro de las licencias unilaterales emitidas por el Reino Unido. Rockhopper mantiene una participación del 35%, mientras que la firma israelí Navitas Petroleum, que en 2022 adquirió el 65% restante tras la retirada de Harbour Energy, es la operadora principal del emprendimiento.
Producción en tres fases y hasta 150 mil barriles por día
En su primera etapa, Sea Lion contempla la perforación de siete pozos productores de crudo, un pozo inyector de gas y tres de agua, con una infraestructura offshore basada en una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO) reacondicionada.De mantenerse las condiciones favorables, Rockhopper proyecta un pico de producción diaria de 55.000 barriles y una futura expansión hacia el bloque Isobel-Elaine. A largo plazo, la iniciativa prevé alcanzar hasta 150.000 barriles por día, según informó la propia empresa.
La segunda y tercera fase del proyecto sumarían 28 nuevos pozos y extenderían el desarrollo a otras áreas de la cuenca norte del archipiélago. El informe de recursos encargado a la consultora Netherland Sewell & Associates estima un potencial recuperable total de 1.7 mil millones de barriles de crudo.
Soberanía en disputa y falta de respuesta oficial
Pese a la magnitud del anuncio, el gobierno argentino aún no ha emitido ninguna declaración oficial. Ni la Presidencia ni la Cancillería se han pronunciado respecto del financiamiento ni del cronograma de avance difundido por Rockhopper. El silencio contrasta con las históricas objeciones diplomáticas y legales planteadas por el país ante las acciones unilaterales del Reino Unido en la región.Desde el descubrimiento del yacimiento en 2010, Argentina ha denunciado ante foros internacionales la explotación de recursos naturales en territorios en disputa. Sin embargo, el reciente respaldo financiero recibido por la empresa británica refuerza el control de facto del Reino Unido sobre los hidrocarburos en el Atlántico Sur.
Implicancias geopolíticas
El avance del proyecto Sea Lion vuelve a colocar a las Malvinas en el centro de la agenda energética y diplomática del Atlántico Sur. La consolidación de inversiones extranjeras sin acuerdo argentino representa un nuevo desafío para la estrategia de reclamo de soberanía nacional, en un contexto de creciente inacción por parte del Ejecutivo.Mientras las perforaciones se acercan y la infraestructura comienza a tomar forma, el proyecto Sea Lion se encamina a convertirse en el mayor emprendimiento hidrocarburífero británico fuera de su territorio continental, con implicancias directas en la disputa por las Islas Malvinas.
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