
Durante los meses de bajas temperaturas, el Programa Hogar cobra aún más relevancia para miles de familias argentinas. Esta iniciativa, administrada por ANSES, busca garantizar el acceso al gas envasado a hogares que no cuentan con conexión a la red de gas natural, mediante un aporte mensual que varía según la provincia, la época del año y las características del grupo familiar.
Este beneficio, que se deposita directamente en la cuenta bancaria del titular, complementa otras asistencias como la AUH o la Tarjeta Alimentar, conformando un conjunto de herramientas fundamentales para sostener a los sectores con menos ingresos.
¿CUÁNTO SE COBRA DEL SUBSIDIO DE GARRAFA EN JULIO?
Los valores del subsidio, correspondientes a este mes, muestran diferencias importantes de acuerdo a la ubicación geográfica:
- Misiones: $2.246
- Santiago del Estero: $2.245
- Corrientes: $2.107
- Santa Fe: $2.037
- Jujuy: $2.051
- San Juan: $1.935
- La Rioja: $1.924
- Neuquén: $1.922
- Santa Cruz y Tierra del Fuego: $1.990
- Salta: $1.825
- San Luis: $1.814
- Entre Ríos: $1.794
- Río Negro: $1.781
- Chubut: $1.770
- Tucumán: $1.771
- La Pampa: $1.761
- Formosa: $1.747
- Chaco: $1.704
- Córdoba: $1.773
- Mendoza: $1.639
- CABA: $1.788
- Buenos Aires: $1.539
- Catamarca: $1.488
REQUISITOS PARA ACCEDER AL PROGRAMA HOGAR
Para poder inscribirse y recibir este subsidio, los hogares deben cumplir con ciertas condiciones que contemplan tanto el nivel de ingresos como la ubicación:
- Tope de ingresos generales: el grupo familiar no puede superar el equivalente a dos salarios mínimos.
- Hogares con personas con discapacidad: el límite se amplía hasta tres salarios mínimos.
- Zonas de bajas temperaturas: el tope baja a 2,8 salarios mínimos, pero si además vive allí una persona con discapacidad, puede alcanzar hasta 4,2 salarios mínimos.
- Provincias con inviernos severos: como Tierra del Fuego, Santa Cruz o La Pampa, contemplan la entrega de garrafas adicionales para cubrir la demanda energética extra.
De esta manera, ANSES busca reforzar la asistencia a los sectores más vulnerables, especialmente en los meses donde el consumo de gas se dispara, garantizando que quienes están fuera de la red puedan calefaccionarse y cocinar sin afectar aún más su economía.
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