BUENOS AIRES.– El Senado de la Nación rechazó este jueves el veto presidencial al proyecto de distribución automática y diaria de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), en una votación que significó un nuevo revés para el presidente Javier Milei. La iniciativa obtuvo 59 votos afirmativos, nueve negativos y tres abstenciones, superando con amplitud la mayoría necesaria.
El proyecto establece un esquema de reparto de los ATN que beneficia a todas las provincias, con la de Buenos Aires –gobernada por Axel Kicillof– en primer lugar de la fila. Sin embargo, la definición final recaerá en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo buscará negociar con los mandatarios provinciales.
La mayoría que rechazó el veto se conformó con el apoyo del interbloque peronista, un sector de la UCR, el PRO y representantes de distintas provincias. En cambio, defendieron la posición del Ejecutivo los libertarios y los senadores Luis Juez, Carmen Álvarez Rivero y Francisco Paoltroni. La votación resultó aún más contundente que la media sanción de julio, cuando el proyecto había reunido 56 votos positivos.
Durante el debate, se multiplicaron las críticas al Gobierno nacional. El radical Maximiliano Abad advirtió que el veto “no es un hecho aislado” y que responde a “una mirada centralista que somete a las provincias en nombre del equilibrio fiscal”. En la misma línea, el peronista Daniel Bensusán acusó al Presidente de “mentir” y aclaró que el proyecto “no altera el equilibrio fiscal, solo pide la distribución de lo recaudado”.
Por su parte, Martín Lousteau, titular de la UCR, apuntó contra el ministro de Economía, Luis Caputo, a quien le reclamó presentarse en el Congreso en lugar de “tuitear” sobre el Presupuesto 2026. “Las provincias se están haciendo cargo de emergencias y desequilibrios mientras el Gobierno usa la discrecionalidad para no girar fondos”, denunció.
El oficialismo quedó en soledad con la defensa del veto. El jefe de la bancada libertaria, Ezequiel Atauche, acusó a la oposición de “oportunismo político” y justificó la herramienta presidencial como un recurso habitual utilizado por todos los gobiernos anteriores. “Vinimos a desenmascarar la hipocresía de quienes hoy se quejan pero antes guardaban silencio”, aseguró.
La Casa Rosada, que había intentado recomponer lazos con los gobernadores en las últimas semanas, enfrenta ahora la presión de un Congreso cada vez más adverso. La discusión en Diputados será la próxima batalla clave en torno al reparto de los fondos y podría volver a poner en jaque la estrategia fiscal del Gobierno nacional.
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