
Un recorrido de fe y resistencia está en marcha en el sur argentino. Marcelo Agüero, salteño de 45 años, partió el 10 de julio desde Ushuaia con un solo objetivo: llegar a su provincia antes del 15 de septiembre para participar de la histórica Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro. Para lograrlo, se propuso recorrer más de 4.200 kilómetros a pie.
“Este camino no lo hago por mí. Lo hago por mi familia, por los enfermos, por los desaparecidos, por el país entero”, aseguró en diálogo con La Opinión Austral. Su travesía está atravesada por la fe, el dolor de las pérdidas familiares y la necesidad de honrar una promesa.
Una travesía extrema
Hasta ahora, Marcelo ya superó más de 1.500 kilómetros en apenas 19 días. Con jornadas que alcanzan los 80 kilómetros y caminatas que empiezan a las tres de la madrugada, descansa apenas unas horas al día. Muchas noches duerme a la intemperie. “Una vez me acosté sobre un arbustito en medio de la nada y amanecí cubierto de nieve”, contó con naturalidad.Equipado con ropa térmica para resistir temperaturas bajo cero y una mochila con lo indispensable —primeros auxilios e higiene personal—, afirma que el frío no lo detiene: “Estoy acostumbrado al calor del norte, pero me mentalicé. Para mí no hace frío”.
El origen de la promesa
El impulso para caminar nació en 2023, mientras residía en Uruguay. Allí recibió la noticia del fallecimiento de un tío. Esa pérdida lo llevó a abandonar su empleo en Punta del Este y emprender su primera gran peregrinación: 1.700 kilómetros hasta Concordia, Entre Ríos, que completó en tres semanas. “Esa experiencia me marcó. Tengo familia enferma, y al Señor y la Virgen del Milagro, junto a mis seres queridos que ya no están, son ellos quienes me dan la fuerza”, relató.Marcelo insiste en que su viaje no persigue dinero ni reconocimiento: “No lo hago por fama ni por plata. El que quiera ayudar, bienvenido, pero mi motivación es otra”.
Un camino acompañado
En su trayecto ya cruzó el sur de Tierra del Fuego y gran parte de Santa Cruz. El 20 de julio llegó a Río Gallegos, y días después pasó por Comandante Luis Piedra Buena y Puerto San Julián. El 27 de julio arribó a Caleta Olivia, donde fue recibido por autoridades locales y el Centro Social Salteño, que reúne a miles de comprovincianos en la ciudad. “Por donde voy encuentro salteños que me abren las puertas, en Ushuaia, en Río Grande, en Río Gallegos, en todos lados”, contó agradecido. Desde allí retomó la Ruta 3 rumbo a Comodoro Rivadavia.
La meta: la Fiesta del Milagro
El destino que persigue Marcelo está ligado a una tradición religiosa que convoca multitudes en el norte argentino. La Fiesta del Milagro, nacida en 1692 tras un terremoto en Salta, moviliza cada año a más de 800.000 fieles que renuevan el Pacto de Fidelidad el 15 de septiembre.Aunque la jornada central será ese día, los preparativos comienzan antes: el 1° de agosto se inicia el rezo del pacto y se desarrollan distintas actividades que culminan con la gran procesión. Marcelo quiere estar allí, cumpliendo la promesa que lo empuja paso a paso desde el extremo austral del país hasta su tierra natal.
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