
Queridos padres: les escribo estas líneas, para decirles que estoy bien y espero que sepan dónde estoy y que no se hagan problemas porque no va pasar nada, rogándole a Dios\". Así comienza la carta que el cordobés Jorge Ludueña le escribió a su familia en 1982 desde las Islas Malvinas , donde había sido llevado en calidad de cabo.
Pero algo pasó. El 20 de mayo de aquel año, a menos de un mes de ser convocado para librar la guerra contra los ingleses, Jorge murió a causa del hambre y el frío que padecieron cientos de soldados. La carta tampoco llegó a destino: quedó entre las pertenencias del suboficial Miguel Ángel Gaete, que falleció sin encontrar el domicilio de los Ludueña.
Este año, los hijos de Gaete la encontraron entre las pertenencias de su padre durante una mudanza. Así se lanzó una nueva búsqueda de los familiares de Jorge, con el objetivo de entregarles esta carta escrita 37 años atrás. Lograron ponerse en contacto con uno de sus primos, que les anunció que la madre del soldado aún vivía.
\"Estoy muy decaída, porque esto no me lo esperaba -admitió Manuela Roldán, madre de Jorge, a +Info, por La Nación +-. Mi sobrino contactó a mi nieta y le preguntó si yo iba sentirme fuerte para recibirla. Yo no la pude leer, por la emoción, la leyó mi nieta, que era su ahijada\".
\"Nos dijo que tenía mucho frío y nos pidió que le mandemos chocolate y ropa, yo no sé si recibió lo que le mandamos. La carta la voy a encuadrar, no tuve el coraje de leerla bien\", agregó, conmovida, la mujer, que hoy vive en la localidad cordobesa de San Francisco.
Los restos de Jorge descansan en el cementerio de Darwin, en la Isla Soledad, a casi 2300 kilómetros de distancia de su familia.
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