
Las estimaciones para 2025 señalan una desaceleración significativa de la inflación en Argentina. Según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría reducirse de un aumento proyectado del 118,8% en 2024 a 28,1% en 2025. Este descenso marcaría una diferencia sustancial que podría sentirse directamente en el bolsillo de los consumidores.
Factores que impulsan la desaceleración
Entre las medidas clave para lograr este cambio destacan:
- Eliminación del Impuesto PAIS, que encarece las importaciones y tiene un impacto directo en los costos de bienes y servicios.
- Reducción del crawling peg, la tasa de devaluación mensual, que se prevé disminuirá al 1%, ayudando a estabilizar los precios sin presionar el tipo de cambio.
El contexto de 2024 y las expectativas para 2025
El año 2024 estuvo marcado por un pico inflacionario que se moderó gradualmente. El IPC comenzó el año con un aumento del 20% en enero, disminuyendo paulatinamente mes a mes, con un cierre estimado del 2,6% en diciembre. Este ritmo decreciente establece las bases para una estabilización más acelerada en el próximo período.
Sin embargo, las encuestas revelan que las expectativas del público siguen siendo más altas que las proyecciones técnicas. Según el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, los consumidores creen que la inflación en 2025 será del 45%, casi 20 puntos por encima de las estimaciones de los economistas.
Desafíos en el panorama político y económico
A pesar de las proyecciones positivas, existen riesgos que podrían afectar los resultados esperados:
- La estabilidad del tipo de cambio podría verse comprometida por la crisis cambiaria en Brasil, principal socio comercial del país.
- La incertidumbre política en años electorales, especialmente si no se consolida un frente sólido en provincias clave, podría afectar las inversiones y la entrada de divisas.
Un programa económico con confianza
El ministro de Economía, en declaraciones recientes, subrayó que la implementación de un fuerte ajuste fiscal y políticas monetarias restrictivas han sido fundamentales para evitar escenarios de hiperinflación. Además, defendió la estrategia de tasas de interés negativas como un mecanismo para contener precios sin presionar la emisión monetaria.
De concretarse estas proyecciones, el 2025 podría marcar un punto de inflexión en la lucha contra la inflación en Argentina, brindando un respiro a los consumidores y sentando las bases para una economía más estable en el mediano plazo.
Compartinos tu opinión