
Después de un proceso judicial largo y engorroso, Gabriela se animó a dar detalles de la difícil situación que vive con su ex pareja, un oficial de la policía de la Provincia: “violencia máxima, psicológica, verbal y un episodio de violencia física muy fuerte. Violencia económica también, hasta el día de hoy. Todo lo que se puedan imaginar”.
Según cuenta, en marzo realizó la primera denuncia por violencia de género en la comisaría de Familia y Minoridad, según corresponde a la ley. Esta denuncia arrojó un resultado contundente. Tras excluir al denunciado de la casa en la que convivían e impartirle una orden de restricción durante treinta días, mediante pericias psicológicas la Justicia determinó extender esa orden hasta que termine el juicio por violencia, una medida poco habitual.
Pero a pesar de lo que parecería ser un caso sencillo de esclarecer, Gabriela insiste en lo difícil que es pelear contra el sistema policial. “Tiene muchos contactos en la fuerza policial y mucho apoyo por parte de muchos jefes”, acusó con valentía. Lo más grave fue que acusó a personal de la comisaría de Menoridad de filtrar información al denunciado.
“Iba a la comisaría y a él le avisaban con horas de diferencia, todo lo que denuncié. Eso no se puede hacer, el denunciado no puede saber lo que acusa la otra parte”, dijo. “Imaginate tener que denunciar la comisaría frente a un desconocido, muchas veces hombre, relatarle cosas muy personales, y que la otra parte sepa absolutamente todo y eso le permite hacer otras jugadas. Obviamente que mentiras, pero el juzgado tiene que corroborar”.
Incluso disparó contra la jefa de la Comisaría de Minoridad y familia “en una reunión muy importante con gente de la comisión de políticas de género me trató de mentirosa y dijo que “él no es una persona violenta”. Que yo diga que es una persona violenta es una cuestión muy subjetiva, porque yo fui su pareja. Acá los peritos del juzgado están diciendo que es una persona violencia”.
“Como cabeza de una institución tan importante que tiene que contener y acoger a las víctimas no se puede decir eso. Qué seguridad le da eso a las mujeres que están sufriendo y que no se animan a ir a denunciar. Eso me pasaba, yo no me animaba porque él me decía que si yo iba le iba a arruinar la carrera”, sentenció.
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