Tierra del Fuego cerró las elecciones legislativas nacionales 2025 con una participación del 70,44 por ciento del padrón, equivalente a 107.633 votantes sobre un total de 152.784 ciudadanos habilitados. Con el 99,77 por ciento de las mesas escrutadas, los resultados no solo reflejaron el triunfo de las principales fuerzas políticas, sino también una importante proporción de votos en blanco y nulos, que alcanzaron cifras superiores a las obtenidas por varias listas en competencia.
Según los datos oficiales, los votos válidos representaron el 96,21 por ciento del total, mientras que los votos afirmativos aquellos dirigidos a alguna agrupación alcanzaron el 89,20 por ciento (96.017 sufragios). Sin embargo, el voto en blanco sumó 7.541 votos (7,00%), y el voto nulo llegó a 3.929 (3,65%), lo que en conjunto representa más de 11.400 sufragios emitidos sin una preferencia electoral concreta.
Estas cifras resultan particularmente significativas al compararlas con los resultados de las agrupaciones menores. Los votos en blanco superaron ampliamente los obtenidos por Provincias Unidas, que alcanzó 3.602 votos (3,58%) en la categoría Senadores y 3.030 (3,15%) en Diputados. También duplicaron al Frente de Izquierda y de Trabajadores–Unidad, que registró 3.047 votos (3,03%) en Senadores y 3.118 (3,24%) en Diputados.
Por su parte, los votos nulos, con 3.929 sufragios, también se ubicaron por encima de fuerzas como el Frente Patriota Federal, que apenas reunió 1.545 votos (1,53%) en Senadores y 1.376 (1,43%) en Diputados. Si se suman los votos en blanco y nulos, la cifra total habría colocado a esa expresión ciudadana como la cuarta fuerza electoral de la provincia, detrás de las tres listas más votadas.
El fenómeno no es menor: más de uno de cada diez votantes en Tierra del Fuego optó por dejar la boleta en blanco, anular el voto o emitirlo de forma inválida, un comportamiento que evidencia cierta distancia o disconformidad con la oferta política actual.
Aun así, la jornada electoral se desarrolló con normalidad en toda la provincia, y la implementación de la Boleta Única de Papel permitió un proceso ágil, con un escrutinio que alcanzó casi la totalidad del padrón en pocas horas. Con más del 70 por ciento de participación y una proporción de votos en blanco y nulos superior al promedio histórico, la elección dejó un claro resultado político, pero también una señal de atención sobre el nivel de representación y el compromiso ciudadano con las propuestas en disputa.
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