
En una cadena nacional emitida este viernes por la noche, el presidente Javier Milei centró su mensaje en lo que considera el núcleo de su gestión económica y política: preservar el equilibrio fiscal como herramienta para contener la inflación. La intervención, más cargada de contenido político que de anuncios económicos inmediatos, buscó reafirmar su postura de cara a un contexto legislativo adverso.
Acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del Banco Central, Santiago Bausili, el mandatario presentó dos medidas principales. La primera, instruir a la cartera económica para que se prohíba formalmente al Tesoro financiar el gasto primario mediante emisión monetaria. “Es una práctica que ya venimos aplicando, pero ahora queda institucionalizada”, aclaró.
La segunda propuesta apunta al Congreso: un proyecto de ley para imponer una “regla fiscal estricta” que exija equilibrio o superávit en las cuentas públicas, obligando a que cualquier incremento de gasto o reducción de ingresos sea compensado en igual medida. El texto incluye sanciones penales para legisladores y funcionarios que aprueben presupuestos con déficit.
Milei justificó esta iniciativa como un modo de “amurallar el déficit cero” y acusó a los diputados de promover gastos sin detallar su financiamiento, lo que —según él— conduce inevitablemente a más impuestos, más deuda o más inflación. “Están comprometiendo el futuro de nuestros hijos y nietos”, advirtió, calificando este accionar como “un genocidio contra las generaciones futuras”.
El Presidente defendió además sus vetos a leyes aprobadas recientemente, como los aumentos para jubilados y las partidas para programas de discapacidad, argumentando que su aprobación implicaría recurrir a emisión monetaria o subas impositivas.
Aunque el Gobierno no buscará reformar la Carta Orgánica del Banco Central —cambiada en 2012 para permitir un mayor financiamiento al Tesoro—, Milei remarcó que se autoimpone estos límites. Sin embargo, el clima político hace difícil que el Congreso acepte debatir una norma que incluiría sanciones para sus propios miembros, más aún tras las duras críticas lanzadas por el mandatario.
La exposición, en la que no hubo anuncios que alteren de forma inmediata las variables económicas, estuvo marcada por un tono combativo y por la reafirmación de su programa fiscal, que el oficialismo considera bajo amenaza por la avanzada parlamentaria opositora.
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