
Un grupo numeroso de orcas quedó varado recientemente en la Bahía San Sebastián, en Tierra del Fuego, en un hecho que los especialistas califican como extremadamente poco común. Este varamiento masivo volvió a poner la atención sobre la vida marina en la región y plantea preguntas sobre el comportamiento y la ecología de estos grandes delfines.
Mónica Torres, técnica e investigadora del CADIC, señaló que lo que sorprendió al equipo no fue solo la presencia de orcas en la zona, sino la cantidad de ejemplares juntos. “Llevamos más de diez años monitoreando la costa atlántica y nunca habíamos registrado un evento de esta magnitud. Además, se trata de un ecotipo muy poco conocido dentro del grupo de las orcas”, explicó.
Las orcas son delfines de gran tamaño, que pueden alcanzar entre seis y nueve metros de longitud, siendo los machos los de mayor tamaño. Su longevidad también es notable: pueden vivir entre 60 y 70 años. A pesar de su tamaño, las orcas no son ballenas en sentido estricto, ya que poseen dientes y no barbas como las ballenas filtradoras.
El grupo varado estaba compuesto principalmente por adultos, junto a algunos juveniles y una cría. Los especialistas realizaron necropsias en los ejemplares más frescos para intentar determinar las causas del varamiento. “A veces, si un individuo se desorienta, todo el grupo lo sigue. Son animales muy cohesionados socialmente, y esto puede explicar por qué vararon tantos ejemplares juntos”, detalló Torres.
Además, la geografía particular de la Bahía San Sebastián puede contribuir a este tipo de sucesos. Con poca pendiente y mareas de más de siete metros de amplitud, los animales que se acercan con marea alta pueden quedar atrapados al bajar rápidamente el nivel del agua.
Este evento representa solo el tercer varamiento de este tipo registrado a nivel mundial. Anteriormente, se documentaron casos similares en Nueva Zelanda, con 17 ejemplares, y en 2020 en el Estrecho de Magallanes, con nueve animales. Cada registro es valioso para ampliar el conocimiento sobre este ecotipo de orcas, aún muy poco estudiado.
“Estamos trabajando para recabar toda la información posible sobre estos animales, incluyendo sexo, edad y estructura social del grupo. Los dientes nos permiten determinar la edad cronológica de cada ejemplar, similar a los anillos de un árbol, y esto nos ayuda a entender mejor la dinámica poblacional”, agregó Torres.
Mientras continúan los estudios, los restos de los animales permanecen en la playa, un área poco poblada donde no representan un riesgo sanitario. “Estos animales forman parte del ciclo natural del ecosistema costero. Al quedar en la costa, se alimentan diversas especies y otros organismos contribuyen a su descomposición, cumpliendo un rol ecológico”, concluyó la investigadora.
Durante el verano, los especialistas continuarán monitoreando la región para estudiar el comportamiento de estos cetáceos y tratar de esclarecer las causas del varamiento, que sigue siendo un misterio para la comunidad científica.
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