
Carolina Hernández, integrante de la Secretaría de Desarrollo Productivo y PyME de la provincia, brindó detalles sobre las distintas herramientas financieras y de acompañamiento que se encuentran vigentes para las pequeñas y medianas empresas.
“Tenemos activas tres líneas de crédito con convenios que se firmaron con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), vinculadas al desarrollo productivo, a cadenas de valor y a la asistencia para mujeres emprendedoras. Además, trabajamos con la bonificación de tasas de interés para aquellas empresas que participan en programas de asistencia técnica de la Secretaría”, explicó Hernández.
En ese sentido, remarcó que el objetivo es mejorar la productividad, la competitividad y la eficiencia técnica, posibilitando la adquisición de tecnologías, ampliaciones de infraestructura y nuevas inversiones. “Ya las líneas de crédito ofrecen tasas por debajo del mercado tradicional y plazos de gracia muy interesantes, pero además se suma un beneficio adicional con esta bonificación”, agregó.
La funcionaria destacó también el convenio firmado recientemente entre el Fondo de Garantías de la Provincia (FoGaDEF) y el Ministerio de Producción y Ambiente, que permite reducir los costos para aquellas empresas que no cuentan con avales propios y requieren garantías para acceder a financiamiento.
Respecto a los requisitos, Hernández aclaró que los emprendimientos deben estar formalizados, es decir, inscriptos en los registros correspondientes. “No hay una restricción sobre la forma jurídica: pueden ser sociedades o unipersonales. Lo que sí, el monto crediticio depende del volumen de ingresos de cada empresa”, señaló.
Las líneas de financiamiento alcanzan hasta 100 millones de pesos, siempre que la firma pueda demostrar capacidad de repago. “El crédito tiene que ser una herramienta para el crecimiento, no una complicación”, subrayó.
El interés por estas herramientas ha sido muy alto. Solo en los primeros meses del año se agotaron los fondos iniciales de las líneas de cadenas de valor y de fortalecimiento de mujeres, lo que llevó a ampliar los montos en cada caso. “Eso nos habla de que la disponibilidad financiera está llegando a quienes realmente lo necesitan”, aseguró Hernández.
Consultada sobre el destino de los créditos, indicó que no son aplicables a gastos corrientes como alquileres o sueldos, sino a proyectos de inversión: modernización tecnológica, compra de maquinaria, ampliaciones de infraestructura o capital de trabajo en un porcentaje limitado.
En cuanto al perfil de las empresas beneficiadas, explicó que existe una diversidad tanto en la antigüedad como en el rubro. “En Río Grande predominan las industrias, mientras que en Ushuaia se destacan los emprendimientos turísticos. Hemos acompañado tanto proyectos con más de 30 años de trayectoria como otros con apenas dos años de actividad”, señaló.
Finalmente, Hernández destacó la importancia de la asistencia técnica que complementa al financiamiento. “No se trata solo de contar con dinero, sino de saber en qué invertirlo y cuál será el impacto. Ese acompañamiento integral es el que permite transformar prácticas y generar cambios sostenibles en el tiempo”, concluyó.
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