
La asociación "Hablemos de Autismo en Tierra del Fuego" impulsa en la provincia una iniciativa inclusiva que ya se aplica en varios países: el uso del cordón de girasoles para identificar a personas con discapacidades no visibles o condiciones ocultas.
Este cordón, de color verde con estampado de girasoles, funciona como una señal visual que indica que quien lo porta puede requerir apoyo adicional o una atención más comprensiva en su entorno. Se trata de una herramienta de concientización que busca generar empatía y comprensión en espacios públicos.
El uso del cordón es voluntario y está destinado a personas que presentan condiciones como autismo, TDAH, ansiedad, trastorno del procesamiento sensorial, Alzheimer o trastorno obsesivo-compulsivo, entre otras. Al no ser visibles a simple vista, estas condiciones pueden pasar desapercibidas, dificultando que la persona reciba la atención que necesita.
La iniciativa del cordón de girasoles surgió en Europa y, con el tiempo, se expandió a distintos países. En Argentina, asociaciones como "Hablemos de Autismo en Tierra del Fuego" están trabajando para su implementación en ciudades fueguinas, promoviendo así entornos más inclusivos.
Según explicaron desde la organización, el objetivo es facilitar la vida cotidiana de las personas con discapacidades ocultas, permitiéndoles acceder a una atención más adecuada y sentirse comprendidas en espacios como supermercados, aeropuertos, eventos públicos o cualquier otro ámbito donde se requiera un trato especial.
Al reconocer el cordón, se busca fomentar un ambiente más empático, amable y respetuoso.
En resumen, el cordón de girasoles es una herramienta simbólica que visibiliza lo que no siempre se puede ver, promoviendo la inclusión y fortaleciendo el compromiso social con la diversidad.
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