La comunidad educativa del Jardín de Infantes N.º 27 atraviesa una situación de incertidumbre que ya lleva seis semanas sin clases. Según relataron las familias, el problema comenzó cuando la empresa Camuzzi retiró el medidor de gas tras detectar una pérdida en la caldera del establecimiento. Desde entonces, el edificio permanece sin suministro y los niños no pueden asistir.
Madres y padres se acercaron en las últimas horas al Ministerio de Educación provincial para exigir una solución. “Hace un mes y medio que nuestros hijos no tienen clases. Presentamos una nota y nos dijeron que la empresa debía hacerse cargo, pero no nos dan fechas ni avances concretos”, explicó Verónica, una de las voceras de las familias.
El reclamo no es nuevo. De acuerdo con testimonios de otras madres, los problemas con la caldera se repiten desde el año pasado y ya habían motivado suspensiones de actividades. “Esto no es de ahora. Siempre hubo inconvenientes con la calefacción”, señalaron.
La preocupación de las familias no se limita a la infraestructura. Temen por el impacto emocional y educativo en los chicos, muchos de los cuales se preparan para ingresar a primer grado en 2026. “Mi hijo me pregunta todos los días cuándo va a volver al jardín. Es muy difícil explicarle”, contó una madre.
Además de esta situación edilicia, el ciclo lectivo estuvo atravesado por paros y desobligaciones docentes, lo que redujo aún más los días de clase. “Si tuvieron dos meses seguidos de clases es mucho. Este año se perdió muchísimo”, resumieron.
Representantes del Ministerio de Educación recibieron a los padres, pero no ofrecieron plazos ni una fecha de reunión con el área de Infraestructura. La única respuesta oficial fue que “hay que esperar”. Ante la falta de certezas, las familias evalúan nuevas acciones para visibilizar el problema, incluyendo presencia en medios de comunicación.
Mientras tanto, el Jardín N.º 27 continúa cerrado y los niños siguen sin su espacio de aprendizaje, en un escenario que mezcla desidia administrativa y una urgencia social que, para los padres, ya no admite más dilaciones.
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